opmo:content
|
-
Sólo alguien que ama los productos naturales, sin artificio; alguien que ha conocido a fondo el mercado de las bebidas alcohólicas y sabe de los enjuagues a que son sometidos tantos licores y aguardientes, es capaz de elaborar la mejor sidra de Asturias para luego destilarla. Pero así es José Luis García Meana, un empresario que ha querido rescatar la abandonada tradición destilera astur y crear el mejor aguardiente blanco español.
Si fuera posible, lo ideal sería tomar un culín de su sidra antes de adentrarse en el paisaje aromático y dejarse seducir por la suavidad de su magistral aguardiente. Porque así se vería el nexo de unión entre un vino de manzana soberbiamente equilibrado, limpio y emotivo, y el perfumado impacto alcohólico de este destilado. Olerlo es transportarse al interior umbrío de una ancestral pumarada -un campo de manzanos- con los aromas delicados a manzana verde, el ligero perfume de flor arbórea, y las notas que, al fondo, recuerdan la paja seca. La embriaguez aromática se corresponde con un paladar suave pero intenso, que envuelve la boca con su caricia sedosa y deja el beso de un regusto frutal.
|