opmo:content
|
-
Se cumplen ahora cuatro meses desde que La Naveta -marisquería independiente dentro del complejo hostelero Nueva Fontana- transformara su terraza en un espacio renovado con las pautas de un restaurante de diseño próximo a algún puerto de mar. Tras la remodelación, obra del interiorista Tomás Alía, el que de por sí era el mejor rincón de este entramado, especializado casi en exclusiva en el mundo del pescado, ha cobrado una nueva dimensión.
Tres factores lo convierten en un lugar atractivo: la categoría de sus materias primas, la calidad del servicio -que dirige Jorge Dávila- y la envergadura de su bodega, más allá de lo que suele ser habitual. En la carta, nada de filigranas ni de recetas creativas. Tan sólo pescados y mariscos en estado puro que se someten a técnicas elementales, llámese vapor, horno, plancha o fritura. Y, por supuesto, pocas concesiones a las carnes, salvo un buen steak tartar preparado en la sala al gusto de los clientes, así como tres cortes especiales -solomillo, entrecó o chuletón- que se pasan por la plancha sin más.
Percebes y almejas
Entre los mariscos, cosas tan sugerentes como gambas rojas y percebes recién hervidos; almejas y berberechos al vapor (algo secos); ostras de tipo medio aceptables; navajas a la plancha o chopitos fritos, además de -lujo insólito- un salpicón templado que se elabora con mariscos cocidos al momento. Pero la lista de entrantes da de sí bastante más. Está bien el pulpo a la gallega; son discretos los boquerones en vinagre; correctos los pimientos verdes fritos y agradables los calamares a la andaluza. Entre los platos del día, sugerencias cambiantes, como una elegante menestra al estilo palentino-riojano en la que figuran algunas verduras rebozadas.
Antes de pasar al plato fuerte conviene dar un vistazo a los pescados del día expuestos en la vitrina de entrada, sin olvidar que las raciones son generosas y determinados platos se pueden compartir. No admite reproches la merluza a la plancha o a la gallega. En cambio, las cocochas, resecas y atrasadas, a la romana o al pilpil, son desastrosas. Merece la pena el rape a la plancha, llega con el punto justo el sargo a la sal y es magnífico el taco de cherne al horno (no mero, como anuncia el jefe de sala).10
COMER Nomenclátor:Puntuación de 0 a 10Buena relación calidad / precioCEstablecimiento con encanto
10
|