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Al primer golpe de vista no es fácil adivinar si se trata de un supermercado extraído de Disneyworld o de una tienda imaginaria de Alicia en el país de las maravillas. A la derecha, estanterías repletas de juguetes educativos y libros infantiles. A la izquierda, un supermercado con una despensa básica pertrechada de alimentos saludables y ecológicos. En sus estanterías, tés exóticos y pastas italianas, galletas de fibra, patatas fritas, conservas, mermeladas para gourmets, barritas energéticas, cereales sin gluten, batidos de frutas, yogures, aguas minerales y mil caprichos gastronómicos. Todos de carácter orgánico o bio que de manera preceptiva han de respetar el medio ambiente.
En el centro del local, sobre una isla que desempeña las funciones de barra-mostrador, cruasanes, minimagdalenas, tartas, galletas, pan de plátano y otros bocados ideales para desayunar o merendar en cualquier momento del día. Y también, platos preparados para llevar, además de dulces livianos y batidos de frutas preparados al momento.
Comida sencilla, de espíritu ecológico y alma femenina, destinada a seducir a mayores y a niños, que pone a punto Eliza Arcaya, consultora culinaria de trayectoria brillante. Entre sus especialidades de cocina, pequeños sándwiches y pulgas rellenas de jamón y queso, o de bresaola y parmesano; ecoensaladas a base de atún con patatas, o cuscús con alubias, o lombarda con remolacha; quiches (tartas saladas) integrales de espinacas y queso, o de setas a la trufa, así como quesadillas al grill en distintas versiones.
Alrededor de la barra existen varias mesitas, y en un espacio anexo, una terraza-jardín interior, ideal para el buen tiempo. En una habitación contigua, mesas y juguetes donde se montan aulas infantiles de carácter didáctico y festivo. En suma, un negocio de carácter innovador con varias áreas complementarias donde se armonizan productos gourmet y ecológicos dentro de un mundo infantil que no es ajeno a los mayores.
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