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Gloria, qué bonita la Lloca. Sabes, esa palabra me recuerda a la "gallina que covava els ous" con suma la paciencia y amor a la espera de sus polluelos. \nTus paseos hasta el Rinconín tenían más valor que el dueño del collar de falsos amores que te ofrecía con sus ojos de aceituna; suerte que te diste cuenta que, en realidad, era un "tunante". Sólo creyó ver a la cenicienta y, por su cortedad de miras, se perdió a la princesa de espíritu y cultura que tenía por vecina. Ya ves ni el color de los ojos fue suficiente para que viera más allà. Se quedó con las pieles y los oropeles que con el tiempo se resquebrajan y hay que reparar constantemente.\nUn magnífico relato.
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