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Recordé y recordando me quedé; tantos y tan buenos lugares en el camino a Santiago donde los “atendientes” se desvivían en complacerte y saber quién eras. Tantas personas y hosteleros que prodigan atenciones; que te duplican la ración cuando te ven llegar de una larga jornada de caminar y son todo sonrisas, ¡las botellas de vino de la casa que es mejor que cualquier vino caro! Esto sobre todo en los pequeños pueblos y en las estaciones de servicio en las carreteras. Esas comidas caseras con los productos locales que te hacían chuparte los dedos. Y del mercado de San Miguel, los huevos rotos, el museo del jamón, en Madrid. Los pulpos y el bacalao en Galicia… ni que te cuente\nY no sigo porque me regreso.\n\n\nUna feliz Navidad Taty.\n Saludos y cariños a las chuladas de tu madre y hermana.\n
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