\n\n Se llamaba Luna. Murió hace seis meses. La representó en su plena juventud y belleza, en este dibujo, mi hijo Roger unos meses más tarde del simple dibujo de la página precedente. Se quisieron mucho y se hicieron mucha compañía. \n\n
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Pero volvamos al dibujo. En esos meses transcurridos tras el anterior, hay una mayor preocupación por representar la realidad. Los números cabalísticos han sido substituidos por la representación fidedigna de un camafeo que Luna llevaba colgado para indicar su teléfono caso de extraviarse.\n\n
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El trazo sigue firme y seguro. Como hasta ahora.\n\n
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Pero Roger introdujo una variación: No le pareció suficiente la representación plana del dibujo. Tras verlo, decidió recortarlo para que fuera más tridimensional, siguiendo los gruesos trazos del rotulador. En su recorte, los trazos adquieren un resultado involuntario de grueso/fino, propios de un pincel. \n\n
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Con vosotros …\n\n\n\n\n\n
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El artista y su bella modelo\n\n\n\n
(3 años más tarde)\n\n\n\n\n\n\n\n\n
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