Día tranquilo. Nos levantamos temprano Ro y yo y fuimos con el buen Argüelles para ver si teníamos el dinero suficiente para irnos a Roma. Hemos estado viendo precios y opciones y tal vez nos alcance para unos pocos días en la capital italiana. Pasamos al internet y escribimos a la familia y a los amigos.
Yo me fui a correr 30 minutos al parque y Ro se quedó a hacer a comida. Ya estoy ampliando las rutas. A veces corro por la parte de las fuentes, otras veces me voy del lado del cementerio porque ahí hay una subida larga y empinada que me ha gustado, otras es más bien por abajo y por la calle, hasta la esquina donde la parte del parque está en obras y dueños de perros no han recogido los desechos. Todas las tardes a eso de las 2, 3, son muy tranquilas, Madrid, está en plena siesta, quién sale a correr a estas horas?
Comimos los cuatro juntos, platicamos, lavé los platos y salimos al mercado ya que faltaba carne para la semana. Apenas llegamos, ya estaban por cerrar. Pasamos también por pollo, el chico ayudante les hace ojitos a Clau y a Ro, eso es bueno, así nos aseguramos que nos den del mejor pollo, jiji!
Compramos también huevo, que nos dieron en su cartón. Cuando acabamos de acomodar las cosas y de escombrar la cocina, Ro y yo íbamos a salir, pero vimos la caja de cartón del huevo y nos pusimos a jugar con ella; al final lo que salió fue un precioso armadillo! Y eso, jugar cn una caja de cartón y que tegamos un armadillo de mascota, no tiene precio!