opmo:content
|
-
Aunque toda su oferta gira en torno a la gran parrilla que preside el local, donde se asan carnes y pescados, la cocina sale airosa con varios platos. Luis Miguel Bautista trabaja a la vista de los comensales. Recetas de corte clásico, por lo general equilibradas. Merecen la pena el pastel de cabracho, el pulpo a la brasa y la ensalada de escarola templada con gambas. En cambio, decepcionan las croquetas. Todos los postres tienen un aire casero y están bien resueltos. La bodega, discreta, y el café, para olvidarlo. Es una pena que el local resulte tan ruidoso y el servicio incurra en errores constantes.
|