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  • Alentada por sus generosos caldos, Jerez de la Frontera se está convirtiendo con el tiempo en una de las urbes más prósperas y turísticas de España. Lo confirma, entre otros argumentos, el rápido crecimiento de su planta hotelera y la mejora de todas las infraestructuras que hacen más cómoda y animada la estancia de sus visitantes. Algunos establecimientos hoteleros de probada implantación, como el cinco estrellas Montecastillo Golf Resort, junto al circuito de velocidad y a la salida de la autopista A-4 Sevilla-Cádiz, intentan aún rizar el rizo del lujo con fórmulas multiactividad que atraen indistintamente a la clientela vacacional, deportiva o en viajes de negocios. Si hace menos de un año este hotel inauguró un centro de salud activa con piscina cubierta climatizada, gimnasio, sauna seca y de vapor, bañeras de hidromasaje, salas de electroterapia, laserterapia, ultrasonidos y cafetería, para el verano de 2002 concluirán las obras de ampliación, sobre una parcela de casi dos hectáreas, de un nuevo edificio de 6.400 metros cuadrados con 24 villas, 50 habitaciones y un gran salón de convenciones. Todo ello sin mencionar el plan anual de renovación -sistemas de drenaje, arena de marmolina, plantación de olivos centenarios- que afecta al campo de golf, de 18 hoyos, diseñado en la década pasada por Jack Nicklaus. Hay que celebrar la quietud permanente del complejo, reforzada por la existencia de dos campos de fútbol y varias pistas de tenis, además del mencionado campo de golf. Un silencio tan sólo interrumpido un fin de semana al año con motivo de la celebración del Campeonato del Mundo de Motociclismo, donde se suelen dar cita más de 100.000 seguidores. Es una delicia pedir el desayuno en la terraza exterior, al fresco otoñal, con vistas sobre el green y el lago que lo cierra a media distancia. Balcones Esa misma panorámica ilumina los balcones de las habitaciones elevadas en la segunda y tercera plantas, sin duda las más recomendables de un establecimiento que contra pronóstico peca de su estrechez interior, sobre todo en los cuartos de baño, donde el inquilino se ve obligado a efectuar una pirueta para sentarse en el inodoro o quedarse a medio arreglar frente al espejo. El kit cosmético no alcanza tampoco el refinamiento esperado, ni mucho menos la textura de las toallas o la variedad de objetos de tocador. Y qué decir acerca de la tecnología anticuada del televisor, sin cambios desde los primeros días de funcionamiento del hotel. Incluso las zonas comunes desmerecen en ciertos detalles, como la máquina expendedora de tabaco instalada en un rincón del vestíbulo principal. El verdadero lujo del complejo se disfruta actualmente en el edificio anexo del spa, junto a la casa club El Castillo. Un centro termal con servicios mínimos (lo cual se entiende tomando en consideración la gratuidad de su uso), pero dotado de las más sugestivas instalaciones balnearias que imaginar quepa hoy en la Andalucía interior.
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  • MONTECASTILLO, un confortable centro hotelero en Jerez de la Frontera
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  • Baños termales junto al campo de golf
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