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El barrio de moda
La vida ha cambiado en Palermo Viejo, el barrio que antaño fue centro del universo literario de Jorge Luis Borges y del tango. En poco más de un año ha tirado por la borda la fisonomía lúgubre de los últimos tiempos y hoy es el distrito con una mayor oferta de restaurantes, bares, tiendas de diseño y galerías de arte de Buenos Aires. Lo fashion no ha eclipsado, al menos de momento, la identidad y el sabor tradicional de este reducto porteño, que combina lo viejo y lo nuevo.
Los sitios imprescindibles
En Palermo Viejo, los templos de la modernidad conviven con locales añejos como colmados, gomerías, santerías, bodegas y casas de comidas. En un perímetros de 63 manzanas se inaugura un promedio de cuatro locales al mes. La plaza Cortázar es el epicentro del barrio donde se realizan actividades culturales. Se acaba de editar un mapa artístico de Palermo Viejo y ha salido el segundo número de la revista Palermo Paseo, guía de lugares, tiendas y estilos. Ahí están los diseñadores de moda Trosman Churba (Armenia 1.998; 48 33 30 58), el café Central (Costa Rica 5.644; 47 76 73 74), Malabia House, el primer bed and breakfast de diseño (Malabia 1.955; 48 32 33 45) y un sinfín de restaurantes. Intelectuales y artistas empiezan a vivir en este barrio en casas rehabilitadas que conservan sus divinos patios interiores. Palermo Viejo tiene dos subzonas bautizadas como Nuevo Soho y Nuevo Hollywood. La primera discurre por la avenida de Juan B. Justo, y las calles de Paraguay, Scalabrini Ortiz y Niceto Vega, en las que puede comprarse de todo. La segunda, vecina a la anterior, alberga las sedes de varias televisiones y productoras de cine y TV.
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