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opmo:content	Casi tan ágiles como las motos de campo y mucho más manejables que los coches todoterreno. Y, sobre todo, muy divertidos de conducir. Son los quads, el último invento motorizado que se está imponiendo como objeto de deseo entre algunos aficionados a la conducción 4×4 para disfrutar en contacto con la naturaleza. Llegaron a España hace unos años como vehículos de competición para participar en el Rally París-Dakar y han ido ganando adeptos: este año, las ventas se acercarán a las 10.000 unidades y pueden superar incluso a las motos de campo. Nacidos en Estados Unidos Los quads nacieron a principios de la década de los ochenta en Estados Unidos como una evolución de los trikers, triciclos todoterreno de inspiración motociclista: utilizaban como base una moto de campo a la que se sustituía la rueda trasera por un eje con dos ruedas más anchas y pequeñas. Los trikers eran excitantes, pero también muy difíciles de conducir. En cuanto empezaron a dispararse los accidentes, llegó su prohibición en muchos países. Sin embargo, los fabricantes habían descubierto un importante filón que no estaban dispuestos a perder. Así llegaron los quads, la evolución resultante de añadir otra rueda delantera a los trikers: ofrecían un comportamiento más seguro sin sacrificar el componente lúdico. Triunfaron con rapidez, primero en EE UU y después en varios países europeos. Esta aceptación ha hecho que la oferta sea cada vez más variada. Así, se venden desde modelos infantiles (a partir de cinco años) hasta potentes deportivos, sólo aptos para especialistas. Entre unos y otros abarcan un gran abanico de filosofías, cilindradas, prestaciones... Conducción gratificante Los quads tienen su propia técnica de conducción: se manejan como un coche, pero en las curvas hay que inclinar el cuerpo hacia el interior como en una moto. Además, se adaptan a cualquier terreno, ya sea arena, barro, hierba o nieve. Sólo exigen una indumentaria adecuada (casco, mono...) para disfrutar de sus cualidades con seguridad.
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Casi tan ágiles como las motos de campo y mucho más manejables que los coches todoterreno. Y, sobre todo, muy divertidos de conducir. Son los quads, el último invento motorizado que se está imponiendo como objeto de deseo entre algunos aficionados a la conducción 4×4 para disfrutar en contacto con la naturaleza. Llegaron a España hace unos años como vehículos de competición para participar en el Rally París-Dakar y han ido ganando adeptos: este año, las ventas se acercarán a las 10.000 unidades y pueden superar incluso a las motos de campo. Nacidos en Estados Unidos Los quads nacieron a principios de la década de los ochenta en Estados Unidos como una evolución de los trikers, triciclos todoterreno de inspiración motociclista: utilizaban como base una moto de campo a la que se sustituía la rueda trasera por un eje con dos ruedas más anchas y pequeñas. Los trikers eran excitantes, pero también muy difíciles de conducir. En cuanto empezaron a dispararse los accidentes, llegó su prohibición en muchos países. Sin embargo, los fabricantes habían descubierto un importante filón que no estaban dispuestos a perder. Así llegaron los quads, la evolución resultante de añadir otra rueda delantera a los trikers: ofrecían un comportamiento más seguro sin sacrificar el componente lúdico. Triunfaron con rapidez, primero en EE UU y después en varios países europeos. Esta aceptación ha hecho que la oferta sea cada vez más variada. Así, se venden desde modelos infantiles (a partir de cinco años) hasta potentes deportivos, sólo aptos para especialistas. Entre unos y otros abarcan un gran abanico de filosofías, cilindradas, prestaciones... Conducción gratificante Los quads tienen su propia técnica de conducción: se manejan como un coche, pero en las curvas hay que inclinar el cuerpo hacia el interior como en una moto. Además, se adaptan a cualquier terreno, ya sea arena, barro, hierba o nieve. Sólo exigen una indumentaria adecuada (casco, mono...) para disfrutar de sus cualidades con seguridad.

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