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  • ESTE ÚLTIMO verano hicimos un viaje por Europa en coche, saliendo desde Madrid. Este relato se refiere a los días que pasamos en Annecy, una bonita ciudad francesa cerca de la frontera suiza. Annecy es una maravilla por descubrir. Nos gusta la sensación que produce cuando decimos que hemos estado allí y casi nadie sabe a qué ciudad nos referimos, y luego enseñamos las fotos y todos parecen pensar: '¿Cómo es posible que nunca haya oído hablar de una ciudad tan hermosa?'. Annecy es, ante todo, eso, una ciudad hermosa, delicada, elegante. Situada en el extremo de un lago de aguas increíblemente azules, está surcada por canales que desembocan en él. Annecy es una ciudad para disfrutarla sin prisa, para dejarse llevar. En verano puede uno darse un baño en alguna de las playas de césped y arena que hay en el lago, o perderse por sus callejuelas, recorrer los diferentes canales sin ningún rumbo, observando los patos y cisnes que nadan indiferentes en ellos. A quien vaya algún día a Annecy le recomendamos que alquile una barca de remos o pedales en el embarcadero del lago, y observe la ciudad desde unos cientos de metros de distancia (según las ganas de remar de cada uno). Mecidos por el suave oleaje, la silueta que forman el castillo, las iglesias y los tejados rojizos de las casas compone una imagen bellísima. Nos gustó mucho también el castillo, situado en lo alto de la ciudad. Desde sus murallas se tiene una vista excelente del lago (más azul que nunca) y las montañas que lo rodean. Otro de los monumentos insignia de la ciudad es sin duda la antigua prisión (ahora convertida en museo), situada en una islita en medio de uno de los canales, sobresaliendo por encima de los geranios que lo inundan todo. De cuento de hadas. Ah, y para tomar una pinta de cerveza por la noche, nada mejor que la cervecería que hay en una escondida y diminuta plaza, en la isla de la vieja prisión. Probad a buscarla... Desde Annecy dedicamos un día para hacer una excursión por los alrededores. Nos acercamos a Ginebra, y luego, bordeando el lago Léman, llegamos hasta Montreaux para ver el famoso castillo de Chillón, enclavado en un saliente rocoso en el lago. Es uno de los monumentos más visitados de Suiza, y la verdad es que merece la pena.
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  • Diario El País S.L.
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  • El encanto de Annecy
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