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  • Polivalencia ampliada. El nuevo CR-V, la segunda generación del todoterreno ligero de Honda, mejora sus aptitudes como coche familiar. Mantiene su estilo, pero ahora cuenta con un interior que sorprende por su habitabilidad y estrena una serie de avances mecánicos que optimizan su comportamiento dinámico, tanto en carretera como en el campo. Además, tiene un equipamiento que refuerza sus argumentos: es el más completo entre los 4×4 ligeros populares. El nuevo Honda llegará a España la próxima semana con un precio a partir de 26.800 euros. Imagen más robusta El CR-V evoluciona el diseño de su predecesor, que logró una buena aceptación: entre 1998 y 2000 fue el todoterreno de gasolina más vendido. Conserva un tamaño y línea similares, pero aporta una imagen más moderna. El frontal, con los faros y la parrilla inspirados en el Civic, tiene más presencia y poderío. La zaga, con trazos sólidos, incluye unos pilotos verticales más grandes y mantiene la rueda de repuesto en el portón. Y el lateral, con los ángulos suavizados, le aporta una silueta más estilizada. Además, los bajos de la carrocería son ahora de color negro. Pero lo importante es que ofrece una imagen más sólida y con más empaque. Ingeniería espacial Las dimensiones exteriores no han variado mucho. Mide 4,57 metros de largo, tres centímetros más que antes, que se completan con otros tres más en anchura. Pero la habitabilidad ha crecido más de lo que indican estas cifras porque Honda ha aplicado los mismos patrones arquitectónicos del Civic comprimiendo la mecánica. Así, el motor y la suspensión delantera son más compactos, y junto al reposicionamiento de otros elementos como la dirección, han permitido acortar cinco centímetros el morro y destinar ese espacio para ampliar el interior. Las plazas delanteras son amplias, y las traseras, enormes: un adulto de 1,85 metros no roza con el techo y puede estirar las piernas casi por completo. Además, la banqueta se desplaza hasta 17 centímetros en longitud y se puede variar también hasta 45 grados la inclinación de los respaldos. Gasolina ahora, turbodiésel en 2004 El nuevo CR-V refleja la especialización de Honda en motores de gasolina. Sólo se vende con un nuevo 2.0 16v. de 150 CV, pero para el año 2003 la marca japonesa tiene previsto lanzar su primer turbodiésel -el actual es de origen Isuzu-, que llegará un año más tarde a este modelo. El propulsor es la tercera variante de una nueva familia de mecánicas de aluminio estrenada en el Stream y después en el Civic Type-R. Ofrece la misma velocidad (177 km/h.) que el anterior de 147 CV, pero mejora las aceleraciones y gasta 0,7 litros menos en carretera. Y tiene más fuerza en todos los regímenes. Las suspensiones, procedentes del Civic, también potencian las aptitudes todocamino del CR-V. Son más robustas y, unidas a la mayor rigidez de la carrocería (50%), aportan un mejor comportamiento. Además, el cambio de cinco marchas incluye un embrague más eficaz y una primera más corta para mejorar su capacidad de ascenso en pendientes muy pronunciadas. En cambio, se mantiene la misma tracción 4×4, que conecta las ruedas traseras cuando detecta pérdidas de adherencia en las delanteras. El nuevo CR-V tiene el equipamiento más completo entre los 4×4 ligeros populares. Sólo se vende en el acabado ES, que incluye de serie ABS, cuatro airbags y climatizador. Y otros detalles menos habituales, como techo solar, equipo de música con CD y tres años de garantía.
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  • Un explorador muy familiar
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