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  • Si buscan o se pierden por las fronteras entre el monte y la llanura, o las del cultivo y el bosque encontrarán la caricia de la renovación en especies como las mariposas, que alcanzan su mayor número en abril y mayo. Las variedades más orginales de estos lepidópteros se encuentran en la alta montaña y en los bosques de coníferas, como en la sierra de Guadarrama y en la serranía de Cuenca. Unas 3.000 especies de mariposas habitan en España, el país con mayor variedad en Europa. Todo queda impregnado de reclamos, guiños, sugerencias. Pero la mayoría de lo que sucede queda al margen de la percepción directa. Por ejemplo: ahora mismo el aire está abarrotado por las estelas invisibles de los perfumes. Pero si perseguimos el bamboleante vuelo de las mariposas descubriremos que todo aroma tiene un surtidor de intensas tonalidades. Poco hay tan conspicuo en la naturaleza como las flores. Nunca se esconden: su belleza es provocadora, exhibicionista... Reclaman toda la atención posible y por eso emiten aromas que algunos seres vivos perciben a considerable distancia. Pocos encuentros resultan más felices para sus protagonistas y para sus espectadores que el de la mariposa y la flor. Vuelan ya las náyades, con sólo dos centímetros de envergadura y las alas de azul pálido con finos puntos negros, y las saltacercas, las ninfas y las doncellas, las apolos y las chupaleches, que con sus nueve centímetros de envergadura es la segunda más grande de las ibéricas. Vuelan sobre los jaramagos y las violetas, los iris y los narcisos, los ababoles y los romeros. Todos esos nombres se necesitan, son realidades recíprocas que suman su elegancia y fragilidad; su belleza y fugacidad con el fin de multiplicarse mutuamente. Son simbiosis de tan completo acoplamiento que se puede afirmar que ahora la realidad nos está obsequiando con uno de los más amplios repertorios de la fantasía. Porque son mucho más que alas en busca de la dulce delicia del néctar. Más que esa desplegada armonía cromática con vocación de imán. Más que una sofisticada trampa: esa que a cambio de un manjar convierte al insecto en involuntario órgano copulador de la flor.
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  • Diario El País S.L.
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  • Alas de color en vuelo
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