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Un coche coqueto y singular que cumple como medio básico de transporte para la ciudad, zonas costeras y grandes urbanizaciones. Mide sólo 2,7 metros de largo, tiene dos plazas y gasta poco. Su planteamiento es similar al del Smart, aunque en realidad se trata de un juguete de diseño que aporta ante todo imagen y buenas aptitudes urbanas. Y, además, es diferente a los otros. Ya está a la venta en España, en los concesionarios de Piaggio, por 8.240 euros y se puede conducir desde los 18 años con el carné A2 de moto. El Be Up está a medio camino entre los microcoches (sin carné) y los utilitarios de ciudad. Pero su fabricación es artesanal y el coste elevado. El diseño es del carrocero italiano Giugiaro, lo monta Ligier y se vende en la red de Piaggio.
Diseño creativo y motor de moto
El diseño simpático, desenfadado y juvenil es lo más innovador de este modelo. La línea, con la carrocería abierta y el esqueleto a la vista, recuerda a los buggies. Y es muy llamativo para que su conductor se sienta diferente. Aunque también es demasiado espartano por dentro: volante de carreras, cuadro de instrumentos del Peugeot 106, asientos sencillos y poco más. El cofre trasero, extraíble y con llave, hace de maletero (80 litros). Y el techo va atornillado y se puede quitar para destaparlo por completo. El Be Up monta un motor bicilíndrico de moto, con 0.5 litros y 21 CV. Y va acoplado a un cambio automático de variador continuo, como el de los escúteres. Pero gracias a su peso contenido, 400 kilos -carroceria plástica y chasis de aluminio-, supera los 90 km/h. y consume 5,8 litros de media. Utiliza gasolina sin plomo y su depósito de 16,5 litros permite recorrer unos 250 kilómetros sin repostar.
Nuevas sensaciones al volante
El Be Up se mueve bien en ciudad: es ágil, gasta lo justo y se aparca a la primera. En los semáforos arranca con pereza, pero después corre bastante. Y sobre todo permite circular al aire libre. Puede salir también a la carretera, aunque vibra, es ruidoso y no transmite solidez ni aplomo.
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