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Estética revolucionaria para inconformistas, pero con un interior muy amplio y cuidado, y soluciones mecánicas para viajar con la máxima comodidad. Es lo que propone Renault con el Vel Satis, su nuevo buque insignia, aunque ha elegido un envoltorio tan arriesgado que pone en duda su aceptación.
Línea revolucionaria
Tras el fracaso del Safrane, con una imagen anodina que ocultó sus virtudes, la marca francesa ha pasado al otro extremo con su sustituto, el Vel Satis, que confirma las dificultades de los fabricantes populares para vender sus modelos superiores. Renault tenía dos alternativas: hacer una berlina como el Peugeot 607, imitando los cánones de las marcas alemanas que dominan el mercado, o inventar algo para los compradores con poder adquisitivo y mentalidades más abiertas que no aceptan el clasicismo de las berlinas de lujo. Y ha elegido el riesgo en una huida hacia delante sin vuelta atrás: será un éxito o un gran fracaso.
El Vel Satis rompe con la línea de las berlinas de lujo. Sorprende la altura, 13 centímetros superior a lo normal, que permite ofrecer un interior más desahogado, pero el vanguardismo se mantiene en toda la carrocería. El frontal, muy futurista, incluye una original parrilla, faros muy grandes y paragolpes bien integrados. En el lateral destaca la cintura alta de las puertas, muy marcada con un pliegue; y atrás, la luneta trasera en cúpula, que sustituye la línea del maletero de las berlinas por un portón práctico, pero menos elegante. Además, el diseño sacrifica en parte la aerodinámica (CX: 0,35).
Muy cómodo por dentro
Esta arquitectura tiene sus ventajas. La altura interior permite ir sentado más alto, tanto delante como atrás. Y, al contrario que en el Avantime, los asientos son grandes y cómodos, aunque con una sujeción lateral mejorable. Si añadimos un aislamiento espectacular que elimina todos los ruidos y unas suspensiones que filtran muy bien los baches, el resultado es un coche muy cómodo y refinado para los grandes viajes: navega sobre el asfalto como si llevara una cámara de aire debajo. Y con una gran amplitud, mucho espacio para las piernas atrás y un maletero correcto.
El interior se completa con un diseño cuidado, buenos ajustes y materiales vistosos. El salpicadero y la consola central son originales y los detalles de madera realzan el conjunto, aunque sin la clase y elegancia de los modelos alemanes. Además, conserva detalles de los Renault más baratos: mandos de luces y equipo de música, instrumentación sosa... Y contrastan con otras soluciones que sitúan este coche como el escaparate tecnológico de Renault: apertura por tarjeta, arranque con botón, freno de mano automático...
Cuatro motores y tres acabados
La otra ventaja del Vel Satis es su gama, muy completa. Destacan los potentes nuevos turbodiésel: 2.2 16v. dCi (150 CV) y 3.0 V6 dCi (180 CV). Y hay también dos de gasolina: 2.0 Turbo (165 CV), el más básico, y un refinado 3.5 V6 (245 CV) de origen Nissan. Los V6 llevan cambio secuencial de cinco marchas, y los otros, un manual de seis. Y todos se combinan con tres acabados muy completos: Expression, Privilege e Initiale. El primero incluye seis airbags, ABS, control de estabilidad ESP, climatizador, radio-CD, ordenador de viaje y detalles como apertura con tarjeta, conexión automática de faros y limpiaparabrisas... Por lo demás, los precios son ajustados en las versiones bajas y más caros en las superiores.
Conclusión
Un coche de lujo para quienes buscan algo diferente. El Vel Satis aporta una línea vanguardista, un interior amplio y cómodo, y un completo equipo de serie con todas las tecnologías de Renault. No es tan elegante como las berlinas alemanas, pero tiene unos precios algo más asequibles que pueden inclinar la balanza a su favor si se acepta su arriesgada imagen.
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