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Un coche pequeño con las tecnologías de los grandes. El C3 es diferente por fuera y muy funcional por dentro, pero sobre todo tiene un espíritu innovador que le convierte en un utilitario avanzado y completo. Y puede cubrir las necesidades de una familia media con un par de niños.
Estética original
El nuevo Citroën evoluciona el concepto de los utilitarios para distinguirse de sus rivales. Su originalidad empieza en la línea, de trazos redondeados e imagen peculiar. Sigue las tendencias de los monovolúmenes para aprovechar más el espacio, pero su estilo moderno evita que parezca una minifurgoneta. El frontal, muy abombado, incluye una parrilla grande y recuerda al 2CV. Pero lo que más llama la atención son las formas arqueadas del techo y el maletero, y la gran superficie acristalada. Así, el conjunto aporta una línea moderna y simpática para seducir a los jóvenes y una buena aerodinámica (CX: 0,29). Y a pesar de medir 3,85 metros de largo, 10 centímetros menos que el nuevo Ibiza, tiene presencia y parece más grande que sus rivales.
Soluciones para todo
La funcionalidad es la mejor baza de este coche. Y una de las claves es la altura -1,52 metros-, que, junto a las cinco puertas, facilita el acceso y aumenta la sensación de amplitud. El C3 es amplio delante y tiene unos asientos grandes con apoyabrazos plegables que permiten ir sentado en una posición alta y natural sin tocar en el techo. En cambio, las plazas traseras parecen pensadas para niños: poco espacio para las piernas y una altura justa para estaturas grandes.
En realidad, Citroën ha dado prioridad al maletero, que es más grande que el de casi todos sus rivales (305 litros). Además, incluye el original sistema Moduboard, una segunda bandeja que permite dividirlo en compartimentos. El sentido práctico se completa con multitud de detalles que ofrecen a cada pasajero un área personal. Hay dos guanteras frente al copiloto y un cajón bajo el asiento, un hueco en la consola central y otro debajo del volante, bolsas grandes en las cuatro puertas, posavasos delante y detrás... Y las versiones superiores añaden más detalles para los niños: bandejas con posavasos en los respaldos, retrovisor doble para vigilar atrás, enchufe para biberones y consolas...
Por lo demás, el C3 tiene un acabado interior aparente y acogedor, con tapicerías discretas y combinaciones de buen gusto. Destaca el salpicadero, moderno, colorista y con plásticos en dos tonos, aunque el de la zona superior tiene un aspecto pobre. Como la instrumentación, que incluye un velocímetro digital muy grande y un pequeño cuentavueltas difícil de leer. En cambio, está muy bien insonorizado, lo que, unido a la rigidez del chasis y las suspensiones, aporta una sensación de solidez impropia de coches pequeños.
Cuatro motores y cuatro acabados
El C3 se vende con cuatro motores. Tres son de gasolina: 1.1 (61 CV), el básico; 1.4 (75 CV), también disponible con cambio automático secuencial, y 1.6 16v. (110 CV), casi un mini-GTi. Pero el más interesante es el 1.4 HDi turbodiésel (70 CV), que se completará en julio con una versión de 92 CV. Hay cuatro equipamientos: X, SX, SX Plus y Exclusive, todos con cuatro airbags. El SX Plus incluye el aire y el más alto añade climatizador, ABS y seis airbags. Y se ofrecen muchas opciones, algunas de coche de lujo: sensores de luces, lluvia y aparcamiento, navegador, techo panorámico y control de estabilidad ESP (en julio), entre otras.
Conclusión
El C3 es un utilitario moderno y bien pensado para el uso familiar. Tiene una línea simpática, un interior práctico, un turbodiésel con buenas prestaciones que gasta muy poco y un comportamiento seguro. Los precios son altos, pero incluyen un buen equipo de serie (cuatro airbags) y se abaratan con los descuentos habituales de Citroën (1.200 euros en mayo).
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