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Retorno al pasado. Mazda abandona la monotonía estética de la última época para recuperar la personalidad que distinguía a sus coches hace unos años y que se forjó con modelos tan originales como los MX-5, RX7 y 121... El nuevo Mazda 6 estrena una estética más expresiva y, sobre todo, un comportamiento más deportivo que recupera sus valores y permite disfrutar más al volante. Y consigue una personalidad que le aleja del diseño anodino de otras marcas orientales.
Elegancia deportiva
El Mazda 6 sustituye al 626, un coche de estética impersonal que ha pasado sin pena ni gloria por el mercado. Y para evitar que se repita lo mismo, su sucesor ha recibido un profundo trabajo de personalización que supone la primera entrega del cambio de política de la marca. El resultado es un coche elegante y deportivo a la vez.
El nuevo modelo mantiene una línea convencional para ofrecer una buena habitabilidad, pero logra distinguirse en los detalles. El frontal con la nueva parrilla, los faros multifocales rasgados y las grandes tomas de aire del abultado faldón delantero proporcionan un toque agresivo. Y los pilotos traseros, muy originales, realzan su carácter. Sólo el lateral es anodino, pero entre las llantas de 16 pulgadas y la cintura ascendente, con la zaga alta y el morro más bajo, consigue una imagen dinámica, atractiva y con gancho.
Amplio y práctico por dentro
Esta personalidad con matices deportivos se mantiene también por dentro, aunque con algunos contrastes mejorables. El salpicadero es moderno e incluye una atractiva consola central en aluminio, tiene unos asientos con buena sujeción lateral, una posición de conducción baja con todo a mano y una palanca de cambios corta. Pero la instrumentación no sorprende y aunque el interior está bien acabado, tanto por calidad de ajustes como por los materiales, las plazas traseras son demasiado sencillas y tiene unas tapicerías grisis un tanto tristes, aunque agradables al tacto.
Sin embargo, el Mazda 6 es un coche práctico por dentro. Ofrece un habitáculo grande, con unas buenas plazas delanteras, bastante espacio para las piernas atrás y un maletero desahogado. Además, incluye más huecos de los habituales en las berlinas de su tamaño: dos guanteras, una sobre la consola central y otra frente al pasajero, dos posavasos junto al freno de mano y otros dos en el apoyabrazos trasero, estuche de gafas en el techo, bolsas laterales en las puertas, apoyabrazos hueco delante... Todo esto unido a unas suspensiones cómodas pero con carácter y un aislamiento correcto permite viajar con un confort aceptable. Y sólo molesta el sonido rumoroso del motor, que busca realzar su deportividad pero resulta molesto en trayectos largos.
Dos carrocerías más en septiembre
El nuevo Mazda se vende de momento en carrocería cuatro puertas y tres motores de gasolina: 1.8 16v., de 120 CV (21.150 euros); 2.0 16v., de 141 CV (22.450), y 2.3 16v., de 166 CV (26.250). Todos destacan por sus precios ajustados y su completo equipo de serie y son una de las propuestas más rentables del mercado. Se ofrecen en dos acabados, Active y Sportive. El primero incluye ya seis airbags, ABS, control de estabilidad DSC, climatizador, radio-CD y los detalles habituales. Además, en septiembre, llegarán las carrocerías cinco puertas y Wagon o familiar, ésta tan práctica como original, y dos nuevos turbodiésel de 120 y 136 CV. Y en diciembre saldrá un Wagon 4×4.
Conclusión
El Mazda 6 es una berlina moderna y muy completa que destaca por su personalidad deportiva. Aporta una línea atractiva, motores con carácter y un comportamiento dinámico eficaz. Además ofrece un interior amplio y un equipo de serie muy completo, sobre todo en seguridad. Y tiene unas tarifas ajustadas y una de las mejores relaciones precio-calidad-equipamiento de su categoría.
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