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  • Desde las nueve de la mañana, momento en que se comienzan a servir los primeros desayunos, hasta que al filo de la madrugada una chillona campana anuncia el cierre de sus cocinas, Flanigan se convierte en parte importante de la vida cotidiana de Puerto Portals (Mallorca) y de su lujoso enclave deportivo. Propietarios de embarcaciones y clientes esporádicos empiezan el día en este lugar con un par de huevos fritos, zumos y tostadas, y concluyen a últimas horas con los dulces de la casa. Flanigan lo abarca todo: organiza servicios de catering, monta banquetes a bordo y despacha comidas ininterrumpidamente desde la una de la tarde hasta justo la medianoche. Y además sin desfallecer un ápice, con un personal muy concienciado que atiende a centenares de clientes a velocidad de vértigo. Durante el verano, en la isla no hay un local más concurrido. Hasta tal extremo que es desaconsejable llegar sin contar con reserva previa. Si sus amplias terrazas protegidas por carpas resultan convencionales, su espacio interior recuerda a una vetusta taberna inglesa o a una tienda de alimentación destartalada. De sus paredes cuelgan pizarras que pregonan los platos del día, mientras que sobre la barra penden grandes mazos de jamones ibéricos. Su éxito se basa en la calidad de las materias primas y en la sencillez de la carta que maneja su propietario, Miguel Arias. ¿Quién no disfruta con unas lonchas de jamón ibérico al lado de un buen pan con tomate? ¿O con una sobrasada isleña y una tortilla de patatas jugosa? Sus entrantes suscitan calificativos diversos. No son buenas las croquetas de jamón, arrasadas por la nuez moscada; simplemente correctos los boquerones fritos; banal el pulpo a la gallega, al que perjudica un pimentón viejo, y deliciosos los huevos rotos con patatas. Particularmente divertidas resultan las ilustraciones de la carta de pescados y mariscos, cuyos precios se reseñan por piezas, al peso o por raciones. Oferta a la que se suman los pescados de última hora, preparados con recetas sencillas. Son deliciosos los lomos de sardinas a la plancha y muy sabroso el atún rojo. Tres especialidades de Flanigan arrebatan a sus parroquianos: la hamburguesa, que está bien, pero no hace honor a su fama; los arroces (negro, con gambas y en paella), bastante buenos, y la tarta fina de manzana, postre emblemático de la casa.
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  • Diario El País S.L.
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  • FLANIGAN, un concurrido local mallorquín con pescados de última hora
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  • De la mañana a la noche en Puerto Portals
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