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Japonés, pero ahora más europeo. La renovación del Mazda MPV lo acerca a los gustos de nuestro continente. Es un monovolumen grande de siete plazas pensado para el uso familiar, pero ahora tiene una estética más original y deportiva, un interior mejor acabado y, sobre todo, un nuevo y potente turbodiésel de última generación. Y además, unos precios competitivos que lo convierten en una propuesta completa e interesante.
Puesta al día estética y mecánica
Mazda ha aprovechado esta puesta al día para adaptar el MPV al mercado europeo. Sustituye al modelo de 1999, que ha pasado sin pena ni gloria con unas ventas testimoniales. Pero ahora tiene un planteamiento más ambicioso, y aunque conserva la misma estructura, la redefinición estética y el nuevo turbodiésel refuerzan sus argumentos.
Por fuera, los retoques de detalle aportan un estilo más deportivo y sugerente. Destaca la nueva parrilla de cinco puntas que identifica a los Mazda, pero tanto los faros como el faldón delantero, los pilotos traseros y las llantas de 16 pulgadas proporcionan una estética más moderna y agresiva. Y tiene una aerodinámica eficiente para un monovolumen (CX: 0,33).
El interior está en armonía con la carrocería y transmite más sensación de calidad. El salpicadero y la consola central son modernos e incluyen unos vistosos paneles que imitan la fibra de carbono y le dan un toque deportivo. Además, está bien acabado, con buenos plásticos y detalles cuidados: picaportes metálicos, equipo de música integrado, y asientos y tapicerías atractivos. Y crea un ambiente elegante y acogedor.
Siete asientos individuales
Con 4,78 metros de longitud, el MPV es un monovolumen bastante grande con un interior muy desahogado, tanto en altura como en anchura, y puertas laterales correderas, más caras de fabricar, pero también más prácticas porque facilitan el acceso. Tiene siete asientos individuales, y los cinco de las filas posteriores se pueden regular en longitud, plegar o quitar, aunque estas dos últimas operaciones no resultan cómodas porque las butacas pesan mucho. Pero, salvo este detalle, permiten repartir el espacio como se desee y pueden alojar sin agobios a cualquier adulto, incluso en la tercera fila, porque hay suficiente altura y sitio para las piernas.
El MPV está bien dotado en huecos para objetos. Tiene dos estuches de gafas en el techo, un hueco a la izquierda del volante, bolsas en las puertas delanteras y espacio para botellas en las traseras; otro hueco grande delante del cambio, bandejas y cuatro posavasos en la consola del freno de mano, y dos guanteras y cuatro posavasos más en los laterales de la tercera fila de asientos. Y cuenta también con un maletero ampliable, aunque muy justo si se ocupan las siete plazas.
Estos accesorios convierten este Mazda en un familiar muy funcional que además cuenta con unos motores de tacto refinado, suspensiones muy cómodas para viajar en trazados amplios y un interior silencioso y bien aislado.
Motores gasolina y turbodiésel
Los motores se han renovado aumentando la potencia, y hay dos versiones, un 2.3 16v. de gasolina con 141 CV (desde 25.590 euros) y un 2.0 16v. CRTD turbodiésel de 136 CV (desde 28.275 euros), mucho más interesante. Están disponibles en acabados Comfort y Exclusive, pero el primero incluye ya cuatro airbags, ABS, aire acondicionado, radiocasete, llantas de aleación (sólo el turbodiésel), tres años de garantía y los detalles habituales: elevalunas eléctricos en las cuatro puertas... El Exclusive añade doble aire acondicionado para las plazas traseras, radio CD y ordenador de viaje. Y todos tienen unos precios muy competitivos.
Conclusión
El MPV es un monovolumen grande, moderno y práctico. Tiene una imagen con personalidad, un interior amplio con siete asientos individuales, y un turbodiésel potente y económico. Y es un familiar muy completo porque incluye un equipo de serie correcto, una buena garantía y, sobre todo, unos precios ajustados para lo que ofrece.
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