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Nuevas instalaciones hípicas en la geografía del Ampurdán, a sólo cinco kilómetros de la frontera con Francia. Acaba de ponerlas al día Ricard Balot, amante de los caballos -guarda 15 en su cuadra- y jinete avezado que organiza excursiones por los Pirineos orientales. La zona del complejo destinada a alojamiento turístico ocupa un edificio nuevo con revoco en terracota y amplios ventanales plisado contra el monte de la Albera, en cuyos artejos se extiende el pueblecito de Cantallops. De noche, en la lejanía, una raya luminiscente paralela al horizonte traza el perfil de la Costa Brava. Pero aquí, al cabo de una carretera que muere en el propio caserío, únicamente se percibe el canto de las chicharras y el parco ulular de las lechuzas. Todo el monte alrededor es de encinar mediterráneo, una densa mancha verde en cualquier época del año.
Can Xiquet es un enclave tranquilo, fresco y con buenas vistas. Desde la piscina, junto a la cual emerge una caseta para masajes, se atisba incluso el mar. En el interior, las cristaleras filtran una cálida luz natural que invita a la lectura y a la contemplación, a una charla distraída y también al deleite del paladar, frente a una cumplida cena de elaboración casera y presentación vanguardista. Ese estilo, determinado por una geometría angular y colores neutros, hasta cierto punto minimalista, infunde personalidad hasta el último rincón de los salones.
Cristaleras
Enormes cristaleras atravesadas de un lado a otro de la pared premian a las mejores habitaciones, en especial la denominada Puig Neulós, desde cuya horizontal se divisan los montes del Ampurdán. Además ofrece al inquilino espacio sobrado, muebles de calidad y un equipamiento generoso que se significa por el galán de noche que hay junto a la cama. Incluso, en este perdido lugar, cualquiera puede conectarse a Internet desde su ordenador portátil sin la menor contrariedad. Sobre el escritorio, una carpeta informativa ayuda a planear un viaje por la zona... en estricto catalán.
Todos los dormitorios reciben un nombre propio: Bell-Lloc, Requesens, Rocaberti, Salinas, Castellar, Bassegada, Comanegra, Ginebra y Forcadell... Los últimos, demasiado pequeños, serán considerados individuales cuando, el año que viene, concluya el proyecto de ampliación del hotel a cinco habitaciones más.
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