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Calles elevadas
Inevitable en una ciudad que compite con Tokio en número de coches, el plebiscito del alcalde, Ángel Manuel López Obrador, para saber si la ciudadanía quiere circunvalaciones elevadas para aligerar el tráfico es motivo de comentario. La gente habla, pero apenas participa. Menos del 6% de los seis millones de capitalinos inscritos en el padrón electoral emitió su voto. La mayoría dijo que sí. ¿Para qué un plebiscito?, se preguntaban muchos. Si el alcalde dispone de informes técnicos que los capitalinos desconocen, pues que obre en consecuencia.
Centros comerciales
La mayoría de los habitantes de esta gigantesca ciudad, con más de 20 millones de vecinos en su distrito metropolitano y arrabales, ocupa el fin de semana en los cines, cafeterías y restaurantes de los grandes centros comerciales. Los bosques de Chapultepec, muy cercanos a varios museos y recintos feriales, acogen también a miles de familias con niños, de pic-nic. Los mercados de la calle de Londres, de San Ángel y de la Ciudadela son aconsejables para el turista que quiera volver a casa con artesanía de plata, manteles o rebozos.
La plaza de los mariachis
Evite, siempre que pueda, los taxis callejeros. La delincuencia es un problema grave en el Distrito Federal. Es más aconsejable pedir un taxi por teléfono o dirigirse a una parada de sitio que ahorrarse unos pesos aventurándose.
El centro histórico es una delicia a disfrutar, sin perder de vista
la cartera. También la plaza
de Garibaldi, con profusión
de mariachis y ambiente, y el animado barrio de la Condesa, uno de los destinos preferidos
del joven capitalino.
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