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  • GIBRALTAR PUEDE convertirse en un buen trampolín para planear saltos por toda la bahía de Algeciras, navegar hasta África o adentrarse en el parque natural de Los Alcornocales. Desde la Roca, emulando a Rodrigo de Triana, se pueden otear destinos tan atractivos como las ruinas romanas de Baelo Claudia, Ceuta, la inmensa playa de El Palmar, la desenfadada Tarifa o los secretos que esconde intramuros Castellar de la Frontera. 1 CEUTA. A la sombra del monte Hacho -una de las dos míticas columnas de Hércules-, está a 45 minutos en barco desde Algeciras (Euroferry tiene 16 salidas diarias, a 30 euros ida y vuelta; 956 65 11 78). Es perfecta para un primer contacto con África. Además de sus famosos bazares y su buen pescado, merece la pena pasear por los alrededores del castillo del Desnarigado. 2 BAELO CLAUDIA (Bolonia,Tarifa; 956 68 85 30), la ciudad romana que producía el mejor garum del imperio, merece una jornada completa. El conjunto arqueológico (con visitas guiadas de martes a domingo) era una ciudad con una factoría de salazón que exportaba la famosa salsa preparada con despojos de pescado. La receta es aún un misterio para los mejores cocineros. Las bellas ruinas están en la ensenada de Bolonia, una playa de tres kilómetros con dunas móviles que llegan hasta los pinares. 3 TARIFA. La ciudad de los dos mares, 'la mare que parió a Poniente y la mare que parió a Levante', es el paraíso de los deportes náuticos. Los windsurfistas, felices con los vientos que soplan en las playas de Punta Paloma y Los Lances, han contribuido a que este pueblo de pescadores se convierta en un enclave cosmopolita, divertido y cuidado. El castillo de Guzmán el Bueno, del siglo X, es la imagen de Tarifa, pero lo mejor es pasear sin rumbo y sentarse en algunas de las terrazas al aire libre o esperar a que caiga la noche y comience la marcha. 4 PLAYA DE EL PALMAR. Es difícil encontrar una orilla tan salvaje como ésta de Vejer de la Frontera. Las dunas se acercan a la playa en algunos tramos, y se puede pasear, incluso en pleno verano, sin esquivar bañistas o castillos de arena. En su costa, resguardada por arbustos, se esconden pequeños hostales y merenderos con buen pescado. Atrás, encaramado en un cerro, se alza el pueblo de Vejer. Calles estrechas y sinuosas, casas encaladas y el antiguo convento de San Francisco convertido en hospedería. 5 SAN ROQUE. Los británicos aprovecharon el zipizape que se armó con la guerra de Sucesión de España para tomar Gibraltar. Los gibraltareños rechazaron la propuesta de la corona inglesa para quedarse en sus casas y en 1704 fundaron la que todavía hoy se llama La Ciudad de Gibraltar, en San Roque. Las primeras casas se levantaron junto a la ermita del santo, y su casco antiguo es hoy monumento nacional. Dice la tradición que el pendón de Gibraltar que se guarda en el Ayuntamiento lo bordó Juana la Loca. 6 FINCA LA ALMORAIMA. Es, con 16.000 hectáreas, el mayor latifundio de Europa. Ocupa varios términos municipales. En el corazón de este enorme bosque habitado por ciervos, gamos y cabras monteses se encuentra un convento del siglo XVII que se ha convertido en hospedería (carretera de Castellar de la Frontera; 956 69 30 02. Habitación doble, 90 euros).
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  • Diario El País S.L.
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  • SEIS VISITAS MUY CERCANAS
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