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  • Antes que un restaurante chino se trata de un local fashion al más puro estilo neoyorquino o londinense. Le Dragon, recién inaugurado en Madrid, es un espacio íntimo y vistoso donde los juegos de luces y la música ambiental consiguen plenamente el pretendido efecto escénico. Lugar de horarios largos, pensado para acoger a colectivos de noctámbulos, cuyas cocinas permanecen abiertas todas las noches hasta la 1.00, y una hora más, incluso, los fines de semana. Si con poco tiempo de rodaje aparenta una experiencia de la que carece, es gracias a la dirección de Miguel Ángel García, magnífico profesional que ha colocado en la órbita del éxito otros restaurantes madrileños de la talla del chino Tse Yang (hotel Villamagna), el vietnamita Café Saigón y el italiano Il Gusto, el segundo mejor de la capital después de Ars Vivendi (Majadahonda). En este marco tan cuidado, donde la bodega y los movimientos del personal de sala, que dirige con maestría David Moreno, superan con creces a los orientales al uso, la cocina de Chiu Kan Hoy, maestro chino con hondo conocimiento de las comidas asiáticas, sale bastante bien parada. A pesar de que en el ánimo de sus promotores prevalece la idea de servir platos familiares y caseros rescatados de la vieja China, la carta abunda en detalles de refinamiento que llegan más lejos. Como muestra están los dim-sum, tronco central de su oferta, símil de ravioles-empanadillas de láminas de trigo o arroz, que se rellenan de picadillos aromatizados y se hacen al vapor suavemente. Sorprenden de forma positiva los dim-sum de cangrejo, las delicias de Pekín a la plancha y los hao kao de menta, así como los rellenos de gambas. También son agradables la sopa de pollo con jengibre y la ensalada de codorniz con berenjena. En cambio, decepcionan los tallarines de té verde con gambas: la pasta llega a la mesa recocida y el caldo carece de gracia. En la relativa moderación de sus precios y en la chispa de sus menús a precio fijo se aprecia la profesionalidad y voluntad de triunfo de la casa. Política de contención que refrendan los platos de carne y pescado, ninguno de los cuales se tarifan muy alto. Están bien los mushi de gambas y cumplen con desahogo los langostinos Kon-Pao. En cambio, el pato crujiente, reseco y fibroso, no da la talla como sería deseable.
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  • Diario El País S.L.
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  • LE DRAGON ofrece cenas en el centro de Madrid hasta la una de la madrugada
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  • Un local moderno con recetas de la vieja China
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