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  • Creatividad exuberante, optimismo y firme convencimiento en una próxima salida de la crisis. El Salón de Detroit 2003, que termina el próximo lunes, ha sorprendido con un despliegue de medios abrumador que ha camuflado cualquier muestra de pesimismo. Las marcas americanas han empleado toda su artillería mediática para convencer al público de que los tiempos difíciles están a punto de terminar. Y han centrado también sus esfuerzos en demostrar que van a recuperar la iniciativa comercial presentando una auténtica avalancha de nuevos modelos y prototipos sorprendentes. Esta declaración de buenas intenciones puede reflejar la realidad, pero parece más bien una huida hacia adelante para superar una situación difícil. Y es que el futuro no se presenta muy alentador para las marcas estadounidenses, que siguen cediendo terreno en casa. Si en 1992 las tres grandes (GM, Ford y Chrysler) reunían el 64% de las ventas de turismos, en 2002 sólo han llegado al 43%. Y están salvando sus números gracias a las ventas de pick-up, las furgonetas con caja de carga, que son su mercado cautivo más rentable. Triunfan japoneses y europeos El triunfalismo de los anfitriones contrasta con lo que muestra el mercado. Y los japoneses siguen avanzando a marchas forzadas. El próximo objetivo van a ser las pick-up, el corazón de las ventas en Estados Unidos. Y si consiguen el éxito pondrán a los norteamericanos contra las cuerdas. El otro frente son las marcas europeas, que también ganan terreno cada vez con más poderío. El coche del año en Estados Unidos ha sido el Mini, del que se han vendido más de 25.000 unidades en 2002. Y el 'truck' del año, que engloba monovolúmenes, todoterrenos y camionetas, ha correspondido al Volvo XC 90, primer todoterreno de la marca sueca. Dos muestras claras de que las cosas no van bien para los locales. El hidrógeno como solución Aparte de una más que posible pérdida de valor del dólar para mejorar la competitividad de sus coches a corto plazo, la gran esperanza de las marcas americanas es el desarrollo del hidrógeno como combustible. Y en esta tecnología sí parecen un poco por delante de la competencia, aunque Toyota, Mercedes y BMW les siguen de cerca. Pero los europeos cuentan con los turbodiésel y no tienen tanta prisa, y los japoneses, con los híbridos, la solución a medio plazo. El Salón de Detroit ha permitido ver también los nuevos avances ecológicos. Los coches híbridos y de hidrógeno se han repartido el protagonismo, con gran variedad de prototipos y técnicas cada vez más viables. Pero hasta Bob Lutz, vicepresidente de General Motors, ha declarado que la competitividad del hidrógeno no llegará antes del año 2015. Y para entonces podría ser demasiado tarde para algunas marcas.
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  • Optimismo y esplendor para el fin de la crisis
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