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Tres berlinas de tamaño medio con cierto pedigrí. Los Mazda 6, Saab 9-3 y Volvo S60 son tres coches familiares con un toque de exclusividad. Se sitúan a medio camino entre los modelos más populares de su tamaño (Laguna, Mondeo, C5...) y los equivalentes de las marcas de prestigio (BMW Serie 3, Audi A4, Mercedes Clase C...). Y aspiran a hacerse un hueco en el mercado aprovechando que el éxito de estos últimos, con unas ventas cada vez más masivas, está reduciendo su carácter exclusivo. Tanto Mazda como Saab y Volvo buscan convertirse en lo que en el sector del automóvil se denomina segmento premium, el más rentable y el que ocupan los fabricantes más elitistas.
Buena imagen y motores turbodiésel
En esta comparativa se enfrentan tres familiares de carácter minoritario con motores turbodiésel de última generación.
El Mazda 6 es uno de los coches más logrados del último año y ha quedado segundo tras el Renault Mégane en la elección del Coche del Año en Europa. Aporta una línea deportiva, un buen turbodiésel y unas tarifas muy competitivas, sobre todo por su espectacular equipo de serie. Se vende con carrocerías de 4 y 5 puertas y una familiar o wagon. Y hay dos versiones turbodiésel, una de 120 CV (desde 23.100 euros), y otra de 136 CV (24.050), la elegida para esta prueba.
El Saab 9-3 ha sido el último en llegar y muestra la nueva estrategia de la marca sueca, que va a apostar por el dinamismo y la deportividad. Monta un motor 2.2 TiD de Opel con 125 CV que se vende a partir de 26.300 euros (acabado Linear). Pero en esta ocasión se ha elegido el Vector (29.500), más deportivo y acorde con los de sus rivales.
El Volvo S60 es el que lleva más tiempo a la venta. Su fabricante explota su buena imagen y cuenta con un moderno motor 2.4 turbodiésel de cinco cilindros que se ofrece en dos versiones: D5 de 164 CV (29.825 euros) y 2.4D de 130 CV (desde 27.890). Este último, con el acabado Optima (30.525), similar al de sus competidores, ha sido el seleccionado.
Estos tres automóviles ofrecen como aliciente una imagen original y menos vista que las berlinas más populares. Pero los dos modelos suecos presentan algunas carencias, como el ESP opcional, poco acordes con su imagen de seguridad e impropias de su precio y aspiraciones comerciales: muchos coches más baratos lo incluyen de serie. Y lo pagan en el resultado.
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