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  • Los planes anunciados por el holding institucional Aramón para la revitalización de las estaciones de esquí del Pirineo aragonés están dando alas a la iniciativa hotelera, que ve un futuro esperanzador en el turismo de invierno. Sol Meliá, Vincci y Husa han comprometido ya fuertes inversiones en Formigal, mientras otras cadenas hoteleras tienen previsto hacerlo próximamente en diversas localidades del valle de Tena. La primera en verlo claro ha sido Eco Hoteles, enseña hotelera del pamplonés Jesús Pellejero, quien, además de poseer otros establecimientos vacacionales en Ibiza y Girona, cuenta ya con un nuevo sanctasanctórum en la estación oscense, el hotel Saliecho, inaugurado estas pasadas navidades en la primera revuelta de entrada a la urbanización. Un edificio de pizarra y madera inspirado en la tradición pirenaica, pero muy actual en la distribución de sus espacios, que aporta un poco más de cordura al urbanismo de corte industrial implantado tiempo atrás en Formigal. La reciente creación de Pellejero adquiere visos de ser uno de los mejores hoteles de montaña de todo el Pirineo. Argumentos no le faltan para ello. En primer lugar, la zona de entrada y descarga de equipaje ofrece la comodidad de una galería porticada para guarecerse de la nieve y el frío mientras se espera el servicio de transporte a pistas. El garaje, amplio y despejado de pilares estructurales, constituye un aliciente a la hora de montar cadenas de nieve bajo techo. El guardaesquís cuenta con un pequeño taller de reparaciones urgentes y alquiler de material pata negra. La terraza exterior de verano brinda unas vistas únicas sobre el pico Tres Hombres y las principales cotas esquiables. Tampoco tiene par en la estación el club de salud, ambientado con música chill out escogida y abierto al aire libre con agua climatizada. Habitaciones con detalles Pero aún hay más. Repartidas en tres plantas, las habitaciones poseen un sinnúmero de detalles con los que se quiere agasajar al esquiador, desde una rasqueta para el hielo en las lunas del coche hasta unas zapatillas de esponja que evitan resbalarse dentro de la bañera. No faltan tampoco una toma telefónica a ras de mesa para conectarse a Internet ni un minibar transparente para mantener la puerta cerrada el mayor tiempo posible. Todo ello asistido por un personal de servicio impecable cuyos nombres merecen ser reconocidos por la clientela: Mario Urieta, Marian Carballo, Tere Santero...; Paloma Gericó y Charo Alastuey en recepción, y Toño Gericó, el director del hotel, al frente del equipo. Inconvenientes también hay algunos, como la frialdad lumínica del vestíbulo, la angostura de las camas -de sólo 0,90 metros-, el zumbido insoportable del ventilador de baño o la modestia esencial de los cosméticos. Pero quedan bien compensados al caer de mañana por el restaurante Ondarribia, donde el paladar más exigente acaba rindiéndose ante unos desayunos calientes que se elaboran en un mostrador a la vista. Pequeñas delicias de montaña.
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  • Diario El País S.L.
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  • HOTEL SALIECHO, la novedad de esta temporada en la estación aragonesa de Formigal
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  • Ambiente y delicias de montaña
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