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Una nueva cadena vinculada al apellido Koplowitz irrumpe con estilo en el panorama hotelero español. Hospes es su nombre, y su credo, la hospitalidad. Véase si no el primero de los establecimientos que tiene en funcionamiento desde mediados de 2002 en Sevilla, reforma valiente de un conjunto de casas pertenecientes al duque de Feria en el barrio de Santa Cruz. La renovación ha afectado a la totalidad de los edificios que configuran la plaza de Jesús de la Redención, aunque aún resta por acometer la modernización de la mitad de los cuartos de baño y otros detalles menores. El resultado puede ser espectacular.
Los dormitorios reivindican un ambiente en tonos neutros con pinturas vanguardistas y electrodomésticos de última tecnología, como el televisor panorámico con DVD y la cadena de alta fidelidad. El minimalismo más actual -el hotel pertenece al sello de Design Hotels- comparte espacio y mobiliario con detalles tan rústicos como las alfombras de esparto y un pie de cama en madera de Indonesia. Los cuartos de baño visten panelaciones en madera de haya y cristales traslúcidos que los separan de las alcobas, a guisa de vestidores. El kit cosmético, bien surtido, ha sido diseñado para la cadena con un envase y aromas que recuerdan a Bvlgari.
Alrededor del primer patio se distribuyen unos modernos salones, muy agradables para la lectura, aunque la mayor parte de la clientela muestra sus preferencias de ensalmo al aire libre, en las mesitas junto a macetas de flores. En verano, incluso los hay quienes se doran al sol en la piscina sobre la azotea. Desde allí, las vistas sobre los tejados de Santa Cruz constituyen el mejor aliciente para dilatar la estancia, y tal vez para hacerse servir un apetitoso desayuno. Lástima que las calles adyacentes al hotel, tan coquetas y sevillanas ellas, no sean todavía peatonales.
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