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  • El Museo Victoria y Albert de Londres ha triunfado con una exposición dedicada al art déco entre 1910 y 1939. El público está acudiendo en masa a ver la muestra, abierta hasta el 20 de julio, atraído por la elegancia y versatilidad de un estilo decorativo que dominó el mundo en el periodo de entreguerras. Fue una era de ostentación, como se manifiesta en la cama de plata del maharajá de Surguja expuesta en Londres; de cruceros en transatlánticos, y de exóticos cócteles en esplendorosos salones. Josephine Baker embrujó a la élite parisiense con sus bailes eróticos, mientras en su país de origen, Estados Unidos, se ponían los cimientos de los más ambiciosos rascacielos. Pero no hace falta visitar el museo para descubrir la belleza del art déco. Su geometría vertical, su adulación de lo exótico y las curvas femeninas, su gusto por los espejos y juegos de luz... todavía se aprecian en edificios de la ciudad. Sin ser la capital déco por excelencia, Londres conserva genuinos símbolos de esta variante del arte moderno, heredero del nouveau art. Nada más obvio que la central eléctrica de Battersea, inmortalizada en la carátula de Animals, el disco de Pink Floyd. Con sus chimeneas blancas y su cubierta de ladrillo, únicas secciones preservadas, fue bautizada como "icono futurista" en su inauguración, en 1934. Más céntrica y abierta parcialmente al público es la torre Oxo, junto al Támesis. Su arquitecto, Albert Moore, sorteó las restricciones publicitarias de finales de la década de los veinte -Oxo es una marca de productos alimenticios- convirtiendo las tres llamativas letras en elementos arquitectónicos esenciales. Al cierre de la fábrica, la torre pasó a ser una cooperativa de viviendas y sus inquilinos siguen pagando rentas sociales en tan codiciada localización de Londres. Hoy también es destino turístico con galerías de arte, cafeterías, restaurantes y una terraza sobre el río. Salones de bingo El art déco encajó en el teatro como un guante de seda. Algunos locales han perdido esplendor en su reconversión en salones de bingo, pero quedan joyas funcionando todavía como sedes teatrales o de actuaciones musicales. Entre ellos, el Cambridge Theatre, en Earlham Street; el Dominium, en Tottenham Court Road; el Odeon, de Leicester Square, y el Savoy, en el Strand, que ha sido magníficamente restaurado tras sufrir un incendio en 1990. La elegancia de la belle époque se descubre en los hoteles Claridge, alojamiento habitual de la reina Sofía en sus visitas privadas a Londres, Ritz, Dorchester y Park Lane. Paviours Arms, un pub exquisitamente déco en una calle ya de por sí rica estilísticamente, Page Street, acaba de cerrar y corre peligro de ser demolido, salvo que la campaña popular por su rescate tenga éxito en las próximas semanas. También se puede ir de compras entre decorados déco. El más perfecto ejemplo de arquitectura de la época, la fábrica Hoover, técnicamente se ubica fuera de Londres, pero está a corta distancia de la boca de metro Perivale. Pertenece actualmente a una cadena de supermercados y conserva la mayoría de sus elementos distintivos de 1932. Alternativa más cómoda para el visitante son los grandes almacenes Barkers, en Kensington High Street, un edificio de 1937 con dos torres de cristal y decoración genuina. En la casa Michelin, con sus impresionantes vidrieras y azulejos, que combinan los estilos nouveau y déco, el empresario Terence Conran ha fijado dos joyas de su imperio: la tienda Conran, especializada en artículos para el hogar, y el restaurante Bibendum. La cadena de librerías Waterstone's ocupa la antigua sede Simpson's de Picadilly, la boutique tradicional de la élite británica. El edificio conserva huellas déco en sus ventanales horizontales y en la rotulación. Hay un rico comercio de piezas originales déco en Londres. En las tiendas de Camden Passage, en Upper Street; en los puestos de Alfies Antique Market, en Church Street; entre los marchantes de Gray's Antiques Market, en Davies Street, o de Antiquarius, en King's Road, se pueden encontrar joyas, cerámica, cristalería, lámparas, muebles, cuadros, esculturas en bronce, carteles, radios... En vestuario, el rey de la época es Steinberg & Tolkien, una tienda abarrotada de prendas originales de segunda mano ubicada en el 193 de King's Road, en Chelsea.
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  • Una exposición invita a los británicos a un recorrido nostálgico por su capital
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  • Fiebre 'art déco' en las calles de Londres
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