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  • En la ciudad siempre hay sol. Los días de invierno también tienen sol. Los balcones verdes, las rejas de hierro reciben al sol como si tuvieran un alma". El escritor Alonso Quesada (1886-1925) dejó reflejo de la bonanza en Las Palmas de Gran Canaria. Con una temperatura media de 22 grados durante todo el año, la ciudad tiene uno de los mejores climas que se puedan imaginar. Y Las Canteras se ofrece como una espléndida playa urbana. Mañana El primer paseo Remontamos la empedrada calle de Los Balcones, en el barrio de Vegueta, donde se fundó la ciudad hace 525 años. El Centro Atlántico de Arte Moderno (CAAM), arquitectura moderna de Sáenz de Oiza sobre fundamentos tradicionales, abre sus puertas a mitad de recorrido y, si nos decidimos a entrar, hasta el 31 de agosto se expone la "metafísica solar" de José Jorge Oramas (1911-1935), un artista que en su serie de cuadros sobre las casas de los riscos dejó la más bella impronta visual de la ciudad. Desayunamos bollos de alma, piononos o deliciosos borrachos en la vieja casa que acoge la cafetería El 20 de Morales, en Doctor Chil, y en la misma calle, pocos metros más arriba, los túneles de la cultura prehispánica insular se iluminan en el imprescindible Museo Canario. Guiados por la negrura mate de las torres de la catedral, frente a la plaza de Santa Ana custodiada por ocho perros de bronce, bajamos de nuevo a la franja costera. Son las doce de la mañana, hora de cruzar al barrio vecino de Triana y tomarse un tentempié en la terraza del hotel Madrid, lugar de tránsito de la bohemia a la sombra modernista del Gabinete Literario, en la plaza de Cairasco. Triana es un auténtico foco para devoradores de compras. Alrededor de la calle que da nombre al barrio, en una animada red de vías peatonales, finalizaremos la mañana sorprendidos por comercios antiguos y modernos, boutiques de firma y tiendas de furiosa vanguardia. Tarde En la playa, con el mejor clima El día ha amanecido limpio de nubes y Las Palmas de Gran Canaria nos revela ahora su más preciado tesoro, Las Canteras, una franja de arena rubia de tres kilómetros de largo. Se puede caminar por el paseo plagado de restaurantes y terrazas, pero nosotros lo haremos por la orilla este día de marea tan baja que es posible casi andar sobre el agua hasta la barra natural que la protege y convierte en una espectacular piscina natural. De punta a punta, el Auditorio Alfredo Kraus, proyectado por Óscar Tusquets, y La Puntilla, tradicional lugar de cita de estruendosos pescadores del barrio popular de La Isleta. Allí, la terraza del restaurante La Marinera es una buen elección para comer. Variedad de quesos canarios, papas arrugadas con mojo rojo, atún macerado y una vieja hervida con aceite de oliva o mojo verde a escasos metros del mismo mar en el que, la Navidad de 1955, Gregory Peck sucumbió a Moby Dick durante el rodaje de la película de John Huston. En La Marina, terraza del hotel Reina Isabel, en el paseo de Las Canteras, es el momento de dejarse seducir por el crepúsculo. Tras la mampara de cristales, los últimos playeros abandonan toalla al hombro la arena mientras al fondo se distingue, en la vecina isla de Tenerife, la imponente silueta picuda del Teide. Noche Capital de noctámbulos La noche comienza con un Dry Martini en la terraza del hotel Santa Catalina, principal hotel de la ciudad. Este oasis de esbeltísimas palmeras en el barrio de Ciudad Jardín, sigiloso y confortable, se encuentra muy cerca del Museo Néstor, que mantiene viva la memoria del más afamado artista local. Después llegamos al restaurante Felo Botello. Localizado en un caserón de 1907 que también alberga al Club Inglés, en un espacio de amplias estancias que huelen a flores del día, suelos de madera y escalones de piedra, Felo Botello, uno de los más talentosos chefs canarios, propone un creativo menú de autor. Otro imaginativo cocinero, Kiko Canals, está al frente, en el puerto, de los fogones del Anthurium, en el hotel AC Gran Canaria, y mantiene abierto el local original, del mismo nombre, en la calle de Pi i Margall, 10. Bares, pubs y discotecas se reparten principalmente entre las zonas del puerto (playa de Las Canteras) y Las Palmas (Vegueta y Triana). En El Puerto, sin olvidarnos de los clásicos Pick-Up, Mogambo y Miau -de ambiente- o La Rosa de Farray, la recién inaugurada terraza La Marquesina, en el centro comercial El Muelle, ofrece a los más jóvenes diversión total con un aforo de 2.000 personas. Iniciamos la ruta por los bares y tascas de las calles de Mendizábal y La Pelota, para continuar en los bajos del centro comercial Monopol y terminar en Destilería o Le Club, reductos finales para medir la temperatura de la ciudad.
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  • Desde el desayuno en el barrio de Vegueta hasta las últimas copas en el puerto
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  • Playa, marcha y colores en Las Palmas
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