PropertyValue
opmopviajero:IPTCMediaType
  • text
opmopviajero:IPTCMimeType
  • text
opmo:account
opmo:content
  • En las estribaciones de la sierra de Guadarrama se encuentra el paso norte de la Comunidad de Madrid: el puerto de Somosierra. Este collado fue cruce obligado para los viajeros de las dos Castillas y ha visto pasar siete siglos de trashumancia. Por sus bosques cruzaron romanos y árabes durante sus conquistas, y después, las huestes de Napoleón. Hasta en la última Guerra Civil marcó su importancia el puerto, deteniendo por un tiempo el avance de los sublevados. Pero de aquellos bosques sólo quedan algunas muestras en la vertiente sur, en el cerro del Recuenco. Se trata de la dehesa boyal de Somosierra, una pequeña masa de robles albares y rebollos, abedules, avellanos, serbales y acebos. La ruta propuesta atraviesa esta finca comunal que los lugareños llaman la Dehesa Bonita. Poco antes de coronar el puerto por la vieja carretera nacional en dirección norte, a 300 metros del pueblo, hay a la derecha una pista forestal guardada por una cancela. Ésta es la entrada principal a la dehesa, y marca el inicio de la excursión, que abarcará unos siete kilómetros. El mes de noviembre es una época ideal para esta ruta, por el colorido de su vegetación y su luz. Bifurcación del camino Con el altímetro rondando los 1.400 metros comienza la marcha con una ligera pendiente hasta la primera bifurcación. Se abren tres opciones. Hay que elegir el sendero del centro (el de la derecha lleva a unos corrales y el de la izquierda vuelve al punto de partida). Puesto que se trata de una finca ganadera, es habitual encontrar vacas y caballos pastando. La senda sorprende un poco más adelante con la vaguada del arroyo de los Cambronales, donde los abedules se arraciman en las orillas disputando el espacio a robles y avellanos. Descendiendo hasta las frías aguas se cruza el arroyo de piedra en piedra sin perder de vista el curioso bosque de galería que forman abedules y fresnos a lo largo del cauce. A partir de aquí comienza la ascensión hacia el regajo del Hoyo. La vereda transcurre tapizada por un tupido manto de hojas del que asoman varias clases de setas en busca de la luz: lepiotas, amanitas y boletos. Sobre los viejos troncos de abedules derribados por el viento aparece otra seta curiosa en forma de visera, la Piptoperus. El itinerario gana altura y se interna en una zona de robles y acebos donde la discordancia del verde homogéneo y brillante del acebo moteado de bolas rojas, con los amarillos y ocres de abedules y robles, es típica de esta época. Más adelante, otra pista, por la izquierda, asciende con un zigzagueo al compás de la ladera del cerro del Recuenco. Los corros de acebos son cada vez más frecuentes y forman tremendas masas apretadas alrededor de ejemplares de grandísimo porte. Unos metros más arriba preside el borde del camino un roble albar gigantesco. Finalmente, la senda desemboca en una pradera de cambrones, donde un viejo abrevadero marca el punto más alto de la ruta. A partir de aquí se toma un sendero que desciende en busca de los canchales del río. En lo alto de las rocas, un mirador ofrece una de las mejores panorámicas de la dehesa. En los alrededores se descubren las pistas de los jabalíes, encontrando las bañas y rascaderos que utilizan para desparasitarse. Desde este oteadero se divisan azores y ratoneros en vuelo. Por la izquierda del mirador se baja al arroyo, en busca de la senda que desde el otro lado del agua devuelve los pasos al principio.
sioc:created_at
  • 20031108
is opmo:effect of
sioc:has_creator
opmopviajero:language
  • es
geo:location
opmopviajero:longit
  • 778
opmopviajero:longitMeasure
  • word
opmopviajero:page
  • 9
opmo:pname
  • http://elviajero.elpais.com/articulo/20031108elpviavje_11/Tes (xsd:anyURI)
opmopviajero:refersTo
dcterms:rightsHolder
  • Diario El País S.L.
opmopviajero:subtitle
  • Luz de noviembre entre ganado y azores al norte de Madrid
sioc:title
  • La Dehesa Bonita de Somosierra
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all