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  • Si el arquitecto Domènech i Montaner levantara la cabeza y viera cómo ha quedado su palacete modernista de La Selva del Camp, en el campo de Tarragona, resucitaría sólo por cambiar impresiones con quien ha hecho posible su transformación en hotel. Ángel García Puertas, artífice y propietario de esta lúcida resurrección en piedra y vidrio de corte minimalista, venía acariciando el proyecto desde la aceptación de su Posada de la Casa del Abad de Ampudia (Palencia) como miembro de la cadena Relais & Châteaux. Arrebatado por la delicadeza de los rosetones, esgrafiados y balconcitos de hierro forjado que realzan la fachada de Passamaner, casa madre de una finca hortofrutícola de dos hectáreas, el palentino ha iluminado con valentía y buen gusto un emporio cúbico de vidrio estructural, madera indonesia y sillares importados de China adherido por módulos al viejo palacete, aunque sin llegar a tocarlo. Todas las habitaciones y suites del hotel ondean el nombre de un arquitecto modernista catalán, tras la rúbrica de una breve biografía y una relación de sus obras más importantes, con profusión de fotografías, planos y dibujos como ingrediente ornamental de las paredes. En el edificio principal se congrega la representación tarraconense: Pau Monguió, Domènec Sugranyes, Salas i Ricomà, Pere Caselles, Bernardí Martorell... En otro, los maestros de Barcelona: Puig i Cadafalch, Falqués, Reynés, Bassegoda, Moncunill, Enric Sagnier... Dos suites dedicadas a Gaudí y a Domènech i Montaner -la 501 y la 502- se ofrecen en un cubo de piedra aparte, de moldes vanguardistas, con piscina propia y un dormitorio auxiliar para familias con niños... Exquisiteces Una salvedad frente a tanto arte: los cuartos de baño parecen muy justos de tamaño, y la disposición de los elementos sanitarios apenas da oxígeno a la grifería, de un diseño depurado; a las toallas de baño, que secan de verdad; ni a los adminículos de aseo, marca L'Occitane, exquisitos. Otras referencias mobiliarias, como los apliques y las sillas de cuero, llevan la firma de García Puertas y su mujer, Gema Requena, que ha aportado ideas fundamentales para la decoración de todo el hotel. Los fogones de La Gigantea han sido confiados a Joaquín Koerper, propietario del restaurante Girasol, en Moraira (Alicante), con dos estrellas en la guía Michelin. Si el desayuno a la carta merece un notable, la cena necesita todavía un periodo de adaptación para estar a la altura de las circunstancias. Mas Passamaner, por el momento el único cinco estrellas de Tarragona, obliga.
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  • Diario El País S.L.
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  • MAS PASSAMANER, un hotel de cinco estrellas en La Selva del Camp, Tarragona
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  • El lujo renovado de un palacete modernista
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