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  • El ambiente es asfixiante. Y embriagador. Lleno de vida. Y con la muerte ( y el renacimiento) que encierra el fuego. Mirado desde arriba, Vilanova d'Alcolea (Castellón) aparece el sábado más cercano a Sant Antoni (este año precisamente su día, 17 de enero) como un dédalo de llamas y humo, una suerte de dragón tumbado -de miembros informes y desproporcionados- que lanza su ígneo aliento a la noche oscura. En medio, hombres, mujeres, caballos. Emoción. Calor. Y riesgo. A las 19.00 se prende la hoguera de los mayorales, u organizadores de la fiesta, honrosa y laboriosa tarea que, por riguroso turno, asumen las diferentes calles de la localidad. Su encendido viene acompañado de fuegos de artificio. Tres horas después, todo el mundo se arracima frente a la iglesia, adonde acuden jinetes y caballerías enjaezadas, presididos por el estandarte del santo patrono de los animales domésticos. Tras la bendición por el sacerdote y el multitudinario grito de "¡Visca sant Antoni!", comienza la matxà. Por todas las calles se encienden hogueras, que son atravesadas por unos caballos que no rehúyen ni el insoportable calor ni el crepitar de troncos y ramas. La firmeza y pericia de quienes los montan (en ocasiones, junto a los varones, algunas chicas jóvenes) y la serenidad de la persona que, a pie, amarra las riendas permiten el espectacular paso, en ocasiones por los bordes de la hoguera; en muchas otras, justo por en medio, literalmente envueltos en llamas. La multitud abarrota el espacio. El visitante que no desee implicarse totalmente en la celebración hará bien en elegir una vía amplia y en colocarse a distancia conveniente. El rito reiterado (esta singular procesión puede prolongarse durante unas dos horas), la proximidad física, el calor, el olor y el riesgo componen una amalgama embriagadora, frente a la cual es necesario extremar la prudencia. Tras la matxà se corre el tropell, que tiene como meta el banc, o caja alargada, colocada delante de la vivienda de uno de los mayorales. La noche, alimentada con el reparto de la tradicional coca, culmina en una estruendosa traca y en baile con orquesta hasta la madrugada. - Ayuntamiento de Vilanova d'Alcolea (964 70 70 32).
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  • Diario El País S.L.
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  • Cabalgar entre el fuego
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