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Línea clásica, un frontal señorial y la imagen robusta y segura de Volvo. El S80 es una berlina elegante y distinguida que aporta también un interior cómodo y funcional.
Conducción: 46 puntos (2º)
El más fácil y agradable de conducir, y también el más apropiado para los viajes largos. Tiene unos mandos de tacto más suave, reacciones nobles, poco balanceo lateral en las curvas y una dirección precisa. Además, las suspensiones filtran bien los baches, circula con aplomo en los trazados rápidos y da siempre sensación de seguridad.
El motor responde con fuerza desde 1.700 vueltas y se estira hasta 4.500. Aunque va acoplado a un cambio de cinco marchas con un escalonamiento algo abierto, se defiende bien en todas partes, acelera con brío y llanea a buen ritmo. Sin embargo, ofrece unas prestaciones inferiores al Alfa, sobre todo cuando se necesita nervio: adelantamientos, subidas... Los frenos y el ABS paran con seguridad, aunque tienen un tacto más esponjoso. En cambio, el modelo de Volvo ofrece una calidad de conducción superior y más refinada que permite sentirse a gusto enseguida y cansa menos en los viajes.
Vida a bordo: 45 puntos (1º)
Más práctico por dentro y con un diseño más moderno y funcional. La habitabilidad es similar a la del Alfa, pero con unos asientos más cómodos y mullidos delante y con unas plazas traseras desahogadas y con mucho espacio para las piernas. El maletero es como el de su rival, pero con
unas formas más aprovechables y una boca de carga más grande y baja que facilita el acceso.
El Volvo destaca por sus soluciones prácticas: el asiento del pasajero de delante se pliega para cargar bultos grandes, y los respaldos de atrás se abaten por partes e incluyen un hueco para esquís y un accesorio muy sencillo y cómodo en el maletero para compartimentarlo y evitar que el equipaje se golpee. La funcionalidad interior se completa con una mejor dotación de huecos: incluye bolsas en las cuatro puertas y los respaldos; posavasos y apoyabrazos en la zona del freno de mano, y unos bolsillos muy prácticos en el frontal de los asientos delanteros. Destaca también la calidad de acabado, con unos materiales y ajustes superiores y un ambiente más elegante, alegre y cuidado.
El Volvo S80 añade también una sonoridad correcta y sobre todo unas suspensiones cómodas que refuerzan el confort general.
Seguridad: 16 puntos (1º)
Incluye de serie seis airbags, ABS, reposacabezas activos, control de tracción y el sistema SIPS de protección contra impactos laterales. Pero, sorprendentemente, el control de estabilidad (DSTC en Volvo) es opcional, cuesta 781 euros y supone una carencia injustificable en un coche de esta categoría, en especial si se trata de un Volvo. En cambio, ofrece un comportamiento dinámico muy fácil y más noble que el Alfa.
Economía: 26 puntos (2º)
El S80 D5 con el acabado Optima II tiene un precio de 41.679 euros, casi 600 más que el Alfa 166 equivalente. El equipo de serie es muy completo, y además de los elementos de seguridad incluye climatizador, tapicería de cuero, ordenador de viaje, control de velocidad de crucero, sensor de lluvia, radio-CD, decoración en madera y todo lo habitual: elevalunas eléctricos en las cuatro puertas, cierre con mando a distancia... En cambio, además del control de estabilidad, le faltan otros detalles que el Alfa incluye de origen, como el asiento del conductor con regulación eléctrica o el teléfono GSM integrado, que cuestan 790 y 1.052 euros, respectivamente.
Los consumos oficiales son casi un litro inferiores a los del Alfa, pero en la prueba ha gastado un poco más que su rival, aunque la diferencia es mínima. Consume menos de ocho litros a velocidades legales, nueve en conducción rápida y en torno a 10 en ciudad.
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