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  • Si, como se ha dicho, la categoría de un hotel se mide por el punto de la tostada del desayuno, pocos en España merecerían un aprobado. Asignatura pendiente en la renovación de la hostelería española, el desayuno de hotel concitó el interés de los asistentes a una sesión de trabajo organizada durante la II Cumbre Internacional de Gastronomía Madrid Fusión, que se celebró entre los días 13 y 15 de enero. Los críticos gastronómicos distinguieron unánimemente al hotel Maricel, de Mallorca, por su genuino servicio de desayuno, caracterizado no sin cierta exageración como el mejor del mundo. Un menú presentado de forma oral -sin carta- en una escala modular de platos que se inicia en los zumos (de frutas, de verduras), prosigue con los lácteos (miniyogures de pino con gelatina de piñones, de anís con piña), una bollería de diseño (magdalenas de chistorra) y concluye con una selección amplia de infusiones, entre las que destacan los cafés más aromáticos y reconocidos por la clientela gourmet (Jamaica Blue Mountain, Volcán de Oro, Kenia, Etiopía). Todo ello servido a lo largo de tres horas frente al mar de Mallorca, cualquiera que sea la estación del año. Este innovador concepto de desayuno toma como referente el que ya viene proponiendo desde hace tres años Ferran Adrià en su Hacienda Benazuza El Bulli Hotel, de Sanlúcar la Mayor (Sevilla). Imaginación sin límites y un punto de medida cordura. En los antípodas se expresan quienes abominan del desayuno por el coste suplementario que les representa el personal de servicio, o por la idea predominante en España de que el apetito temprano se sacia con una simple libación, y también porque, como sucede en algunos hoteles pequeños, incordia eso de levantarse temprano con la responsabilidad de ofrecer en mesa algo más elaborado que un café de máquina, un zumo preenvasado, bollería estuchada en plástico y charcutería industrial a un precio incluso cinco o diez veces superior a lo que cuesta en la cafetería de la esquina. En la mayoría de los hoteles se ha impuesto, por cómodo, práctico y económico, el bufé. Estética de supermercado que a veces se complementa con un módulo de show-cook (cocina en vivo). Pero el bufé suele provocar estrés y un continuo bullicio en el comedor, sin soslayar la poco apetecible apariencia de los alimentos, casi siempre resecos, revenidos o encharcados en aceite, en el caso de las frituras. A la carta, en bufé o servido en la cama... Las claves de un buen desayuno residen en sus cualidades gastronómicas, en la escenografía que lo envuelve y en la adecuación de los horarios de servicio. Y cierta fantasía en las elaboraciones. Un detalle que no descuidará Ferran Adrià en su proyecto de desayunos sobre barra japonesa para la cadena NH, en ciernes, tan innovador como lo han sido sus últimas creaciones conceptuales Fast Good y NHube. Un placer matutino - Maricel (971 70 77 44). Carretera de Àndratx, 11. Illetes, Calvià (Mallorca). El mar, mucho diseño, tres horas de ingesta y varias oleadas de platos con elaboraciones minimalistas para convencernos de que es el mejor del mundo. - Torre del Visco (978 76 90 15). Fuentespalda, Teruel. Mermeladas caseras, huevos de corral y aceite de la propia almazara servidos en la cocina del hotel en presencia de sus propietarios. - Majestic (934 88 17 17). Paseo de Gracia, 68. Barcelona. Fermín Puig ha hecho famoso el bufé del restaurante Drolma, uno de los más relevantes de la ciudad. Cocina de autor. - Omm (934 45 40 00). Roselló, 265. Barcelona. Original barra y exquisitos platos de bollería fina con el asesoramiento de los hermanos Roca, propietarios del Celler de Can Roca, Girona. - Mikasa (950 13 80 73). Carretera de Carboneras, s/n. Agua Amarga, Almería. Irresistibles muffins a la inglesa, frente a la piscina del hotel y bajo un agradable sol de invierno mediterráneo. - Gran hotel La Toja (986 73 00 25). Isla de la Toja, Pontevedra. Elegancia y aires clásicos. Célebre por sus churros. - Ritz (917 01 67 67). Plaza de la Lealtad, 5. Madrid. Brunchs sociales en un espacio grato. - Hacienda Benazuza elBulliHotel (955 70 33 44). Virgen de las Nieves, s/n. Sanlúcar la Mayor, Sevilla. Seducción gastronómica de la mano de Ferran Adrià.
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  • Ocho desayunos de hotel para levantarse con buen pie
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