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  • Búfalas asiáticas, tigres, cebras, monos, osos, papagayos, llamas, ñandúes, canguros, leones, nutrias, avestruces, ciervos, corzos, lobos, jabalíes... Senda Viva se presenta ante el público como un gran parque de la naturaleza enclavado a orillas de uno de los desiertos más peculi ares del norte de España, la reserva mundial de la biosfera de las Bardenas Reales, a noventa kilómetros al sur de Pamplona. La educación ambiental y el conocimiento del medio físico son aspectos especialmente cuidados en el circuito de visita a esta gran atracción que espera concitar la atención de más de 250.000 visitantes anuales y que coloca a Navarra en el circuito nacional de los grandes parques didácticos. A lo largo de 120 hectáreas del monte Yugo, en el municipio de Arguedas, Senda Viva está diseñado para ofrecer a un público familiar una visión panorámica de la sociedad rural española de inicios del siglo XX a través de la cuidada recreación de cinco áreas temáticas: una estación de ferrocarril, el pequeño pueblo, la feria, el bosque y la granja. Cinco hitos de una propuesta especial para aprender disfrutando, sobre todo los más jóvenes. La iniciativa empresarial está liderada por la sociedad de capital riesgo Sociedad de Desarrollo de Navarra (Sodena), dependiente del Gobierno foral, a la que pertenece el 45% de las acciones, mientras que Caja Navarra (20%), el socio tecnológico Patali (20%), Construcciones Sanzol (10%) y La Información (5%) se distribuyen el resto de los títulos de una actividad que pretende potenciar la atracción turística del sur de Navarra y convertirse en motor de un desarrollo hostelero, residencial y de ocio respetuoso con el medio ambiente. La inversión de Senda Viva se acerca a los 20 millones de euros. El recorrido Una vieja estación de tren de 1900, con su correspondiente locomotora dormida sobre los raíles, da la bienvenida a los visitantes, que pueden aprovechar los servicios de taquilla, consigna, información general o guardería de animales existentes en el acceso al parque. A partir de ese punto, caminar es lo que se impone. Se eligen itinerarios con una duración variable que puede oscilar entre las tres y las siete horas, según los gustos. Quien lo desee puede utilizar en algunos tramos vehículos muy ecológicos: carros tirados por bueyes, y hay también pequeños trenes que discurren por las cinco áreas temáticas internas del parque, aunque se recomienda el paseo aleatorio para visitar un circo de época con capacidad para 500 espectadores, la vieja bodega, la herrería, el invernadero, la feria infantil, una granja con invernaderos y huerta, el hospital veterinario, la pequeña granja donde habitan gallos y gallinas de diversas especies, cabras, burros o exóticos cerdos tailandeses. Todo ello amenizado con exposiciones culturales y actuaciones musicales, tragafuegos, tratantes de ganado, buhoneros y vendedores de baratijas que animan el recorrido. El parque no ha evitado algunos guiños más o menos exóticos para fomentar la atracción de visitantes, como la exhibición de varios tigres, leones o monos en distintos puntos del itinerario. Una de las propuestas más recomendables es navegar en barcas que semejan las tradicionales almadías pirenaicas (barcas de troncos unidos unos a otros) a través de un lago de 15.000 metros cuadrados habitado por nutrias. Y como Senda Viva tiene un fuerte componente pedagógico, cientos de estudiantes de varias comunidades autónomas tienen ya reservas para conocer con detalle el parque, asesorados por expertos que les guiarán durante dos jornadas consecutivas. Merienda cerca de los osos Los estudiantes se alojarán en el albergue, con capacidad para 50 personas. Comer tampoco será ningún problema. Cinco áreas distintas para cinco tipos de alimentación y cinco preferencias económicas diferentes. Desde sabrosos bocadillos al aire libre hasta los menús a la carta del restaurante que corona el recinto (25 euros de media), situado a escasos metros de los lobos y osos, que deambulan por zonas cercadas de bosque, y con unas extraordinarias vistas del desierto de las Bardenas Reales. Según el día y la hora, los comensales podrán escuchar y ver las evoluciones de los aviones del Ejército del Aire mientras bombardean supuestos blancos en el único campo de tiro de este tipo existente en España. La ferocidad de las máquinas de guerra coexiste con la extraordinaria riqueza de la avifauna del entorno. Después del almuerzo, aún queda mucho por ver: el show de las rapaces, la pasarela elevada sobre el bosque, montarse en alguna de las atracciones de feria o de habilidad, todas ellas en el más puro estilo retro de finales del siglo XIX y comienzos del XX, o pasear por el cañón de las aves, donde decenas de especies sobrevuelan nuestras cabezas en semilibertad. El listado de la fauna del parque es grande. Hay 500 animales (400 mamíferos y 100 aves), repartidos en distintos puntos, el 80% de los cuales es originario de la península Ibérica.
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  • Diario El País S.L.
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  • Senda Viva, un parque didáctico junto a las Bardenas Reales
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  • Tragafuegos, osos y gallinas
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