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  • El ascenso imparable del golf en España toca el cielo gracias al clima y a los réditos turísticos que proporciona la industria turística en la Costa del Sol, cada vez más promocionada con el nombre de Costa del Golf. Uno de sus campos ya históricos, el Río Real, exhibe un renovado glamour desde que sus adeptos encuentran la posibilidad de quedarse a pasar noche en el nuevo hotel Río Real Golf, con todo el lujo inherente a las urbanizaciones que orbitan en torno a Los Monteros, donde el famoseo marbellí mantiene sus cuarteles generales con garaje, jardín y piscina. Lujo verde y azul, pero también barnizado de nogal y cerezo en los mamparos interiores del susodicho hotel, desde los salones y terrazas con vistas hasta la médula doméstica de las habitaciones -grandes, mayores y supersuites, como la Eagle y la Albatros-, diseñadas por el poliédrico Pascua Ortega en su faceta minimalista. Quien lance dardos contra el melindre escénico que fue su último trabajo en el Madrid de la boda real quedará favorablemente sorprendido ante la fineza desplegada en la decoración de este hotel. Lo que demuestra la gran versatilidad de este contestado artista, comprometido originalmente con las élites financieras y diplomáticas del país y firmante en la actualidad de numerosos proyectos hoteleros. El parador de Ávila, los hoteles Hesperia Madrid, Palafox Zaragoza y este Río Real Golf, en Marbella, lo acreditan como un decorador de lujo. Ortega ha enunciado aquí los principios de la hotelería boutique sin el corsé de una cadena. Las paredes hablan con voz propia, el mobiliario huye de cualquier tinte otoñal, los detalles remiten a la tradición de la hospitalidad familiar. Claro está, pasada por el cedazo del lujo y la exclusividad del golf. Sólo el servicio, fruto de un precario funcionamiento interno, resta enteros al despliegue estético asumido por la propiedad y el decorador madrileño. Todas las habitaciones se asoman al green, encauzado como un torrente de verdor hacia el mar. Qué delicia recluirse por las mañanas a paladear un desayuno bien resuelto frente a uno de los 18 hoyos. Dos de ellas brindan incluso un plus para familias con niños. Armario vestidor, suelo de mármol en crema envejecida, muebles de madera noble... A la hora de las hadas, media tarde en Nueva York, la única bolsa abierta es una vaharada de jazmines y buganvillas que tira del alma, por el rough, hacia la oscuridad de la playa.
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  • HOTEL RÍO REAL GOLF, refinamiento en la Costa del Sol
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  • Un lujo verde y azul
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