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  • Lo más importante del diseño sueco es "su función en la vida cotidiana", ha dicho Konstantin Grcic, destacado diseñador alemán. Los muebles de casa o de oficina, los teléfonos móviles, los coches, los electrodomésticos..., todo es diseño en Suecia. Marcas como Ikea, Ericsson, Volvo o Electrolux prestan la mayor atención a la faceta estético-funcional y, en especial Ikea, fabrican productos que intentan estar al alcance de la mayoría de los bolsillos. Ahí reside el éxito: en su aspiración democrática y en su innovadora modernidad. En 2005, Suecia organiza el Año del Diseño -también lo hace Finlandia (información en www.finnishdesign.fi)-, con la pretensión de enseñar al mundo la que puede ser su cara más interesante, aunque quizá la menos conocida. No en vano el diseño y la arquitectura escandinavos son la cuna de Verner Panton, Arne Jacobsen y Jorn Utzon, daneses; Eero Saarinen y Eero Aarnio, finlandeses, o Gunnar Asplund, sueco. La primera cita imprescindible es la Feria del Mueble de Estocolmo, del 9 al 13 de febrero. Se trata del encuentro de diseño escandinavo más importante y uno de los foros de referencia del diseño internacional. Pero el Año del Diseño (imprescindible consultar www.designaret.se) es también una buena oportunidad para descubrir Estocolmo (otra página ineludible: www.stockholmtown.com). Para ahorrar tiempo y dinero, lo más recomendable es hacerse con la tarjeta de Estocolmo, que -por distintos precios y durante uno, dos o tres días- permite el acceso a más de 70 museos, así como dos paseos en barco y acceso ilimitado al transporte público, entre otras ventajas. Cubo y cilindro De perfil elegante y respetuosa con el entorno de Estocolmo destaca la Biblioteca Municipal (1928), de Gunnar Asplund (1885-1940), el mejor arquitecto sueco de entreguerras; un edificio que es un referente del funcionalismo, formado por un cubo sobre el que se asienta un cilindro. Del mismo autor también se recomienda visitar el crematorio del cementerio de Skogskyrkogarden, al sur de la ciudad, un lugar declarado patrimonio de la humanidad donde están enterrados Greta Garbo o el mismo Asplund. Otra de las citas imprescindibles es el Museo de Arte Moderno, de Rafael Moneo, en la isla de Skeppsholmen, y su colección permanente. Este año además presenta la muestra Edvard Munch por sí mismo (del 19 de febrero al 15 de mayo), con autorretratos del artista noruego. Otras visitas incluyen Gamla Stan, la parte histórica; el Museo Vasa, con su enorme barco de guerra del siglo XVII; la galería de arte Liljevalch, un buen ejemplo de la arquitectura neoclásica sueca, de Carl Bergesten; el Globe Arena, del estudio Berg, uno de los iconos de Estocolmo con un perfil redondo, o el Instituto Italiano de Cultura, de Gio Ponti, muestra de la arquitectura italiana de posguerra. Por otro lado, el cuidado diseño de muchos de los locales de la ciudad -la mayoría de los bares se concentra en la parte histórica y Stureplan- los ha convertido en visitas especiales. Uno de los imprescindibles es Berns (Berzelii Park; 00 46 855 63 22 22), un restaurante, bar-grill y cafetería diseñado por el británico Terence Conran, en el que se combinan perfectamente las arañas de cristal y una decoración clásica -destacan los grandes espejos, las cortinas y los tonos dorados- con el diseño más contemporáneo. El Sturehof (Stureplan 2; 00 46 84 40 57 30 www.sturehof.com), diseñado por Jonas Bohlin, un lugar obligado desde hace más de 60 años, que ofrece un buen menú a precios razonables. Más tradicional es Konditori Sturekatten (Riddargatan, 4; 00 46 86 11 16 12), un local de atmósfera agradable donde comer buenos sándwiches, café y dulces a muy buen precio, o el histórico Café Opera (Ópera Real, 00 46 86 76 58 07), con mucha solera y que sigue siendo uno de los establecimientos más marchosos de la ciudad. El interior fue rediseñado en 2002 por Thomas Sandell. N uevos valores Pero, además de redescubrir edificios, restaurantes, locales y bares, el Año del Diseño es la oportunidad de conocer a nuevos talentos del diseño sueco. Los nombres a seguir son los del estudio Claesson, Koivisto y Rune, que se ha encargado de la nueva sede de Sony Music en Estocolmo o las tiendas Gucci y Louis Vuitton, así como un McDonald's en el centro de la ciudad; Matti Klenell -especializado en iluminación, en un país donde la luz es casi una cuestión vital-; Thomas Bernstrand; Johan Körner, o Front, un equipo formado por cuatro chicas cuyo trabajo suena cada vez más en la escena internacional. Por otro lado, las empresas suecas pretenden internacionalizarse sin renunciar a su esencia. Cada vez más buscan los nombres de las estrellas del diseño internacional. Offecct, por ejemplo, trabaja con Karim Rashid y Alfredo Häberli, y Swedese, con John Irvine o Michel Young. Pero el respeto por la funcionalidad y una estética sencilla, de líneas limpias y materiales naturales, siguen siendo los pilares irrenunciables del diseño sueco.
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  • Suecia dedica 2005 a sus creadores de objetos cotidianos
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  • Diseño para ser más felices
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