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Triunfa la syrah en nuestro país. Lo demuestra su imparable progresión geográfica, con buenos resultados tanto en la meseta castellana como en el arco mediterráneo o las tierras ribereñas del Duero. Y ha logrado en apenas un lustro situar tintos en la cumbre, ya reflejados en estas crónicas del buen vino. Nombres ilustres de Retuerta, Valdepusa -el pionero-, Sandoval, Manzaneque, Mendoza... Algunos a precios subidos, cuando no disparatados. Pero hay ofertas asequibles de gran calidad, como este primer monovarietal de syrah de la DO Mondéjar, elaborado por Vicente Lucendo para Bodegas Mariscal, que ha conseguido un Baccus de oro.
Destaca por su atrevida botella, en el borde de lo extravagante. Cuestiones estéticas aparte, lo cierto es que nos encontramos ante un vino de aromas poderosos, con una expresión frutal intensa pero fresca, y en el que se perciben, bien ensambladas, notas complejas de pimienta blanca junto al soplo agradecido del toque balsámico. O lo que es lo mismo: excelente tratamiento de la madera. A lo que hay que añadir su firme estructura, gusto sabrosamente afrutado y suave permanencia.
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