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Tras muchos años de inmovilismo y ventas testimoniales, los cabrios han experimentado una gran revolución en las últimas décadas y se han hecho más populares. Siguen siendo coches minoritarios para solteros, parejas sin hijos y jubilados sin complejos, pero ahora hay muchos modelos más prácticos y asequibles que amplían su mercado. Así, se mantienen los biplazas clásicos de diseños impactantes y capota de lona, pero conviven con propuestas más funcionales.
El techo metálico plegable que estrenó el Mercedes SLK y que después han aplicado muchas otras marcas ha sido clave en la evolución. Esta solución permite disfrutar dos coches en uno: cupé cerrado en invierno y descapotable cuando el tiempo lo permite. Pero sobre todo ha vencido muchos prejuicios, como el mayor riesgo de robo o vandalismo que implican las capotas de lona.
La reducción de los precios ha supuesto otro empujón a las ventas. Sigue habiendo modelos de capricho como el Smart, el Mini o el legendario Mazda MX-5, a punto de renovarse, y también propuestas elitistas de Porsche, Ferrari... Sin embargo, se imponen los cabrios que comparten la base mecánica de modelos de gran tirada: las sinergias con sus hermanos de gama permiten venderlos con tarifas más asequibles. Es el caso de los pequeños Peugeot 206 C-C y su réplica en Opel, el Tigra Twin Top. Y también el de los Mégane C-C, 307 C-C..., con cuatro plazas y una vocación más práctica para cumplir casi como coche familiar. Por último, el nuevo aliciente son ahora las versiones con motor turbodiésel, cada vez más habituales.
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