PropertyValue
opmo:account
opmo:content
  • Uno de los objetivos a cumplir por los Paradores ha sido, además del rescate y protección de edificios históricos, la puesta en valor de espacios naturales y costeros escasamente atractivos para la inversión privada. Visto el apetito de ladrillo que hoy abre cualquier metro cuadrado de playa en España, la razón para justificar la continuidad de este organismo público radica en el esponjamiento vegetal que consiguen sus establecimientos al borde del mar, barricada ecológica contra la marea inmobiliaria y turística. Jardines exteriores El de Mazagón, levantado por el arquitecto José Luis Manzano en los años sesenta, se encastilla en el patio trasero del parque nacional de Doñana con nuevos argumentos de sostenibilidad, higiene ambiental y aire puro certificados por el Reglamento Europeo 761/2001 (EMAS). La última reforma, iniciada hace cuatro años, de sus instalaciones ha querido humanizar el paisaje interior bajo la misma óptica que los jardines exteriores, antesala del pinar atlántico y de las dunas marítimas que lo envuelven en su totalidad, sin los cuales la edificación perdería inexorablemente su horizontalidad. Para empezar, una nueva escalera de troncos de madera facilita el acceso a la playa en condiciones más indulgentes para los pies del bañista, con varios kilómetros de arena blanca a la vista y unos crepúsculos espectaculares de arrebol oceánico. El patio gana calidez de noche, cuando la iluminación artificial da relieve a la viguería del pasillo en madera. Veinte nuevas habitaciones comparten un anexo con dotaciones wellness (piscina cubierta, sauna y gimnasio), más alegres y luminosas que las de antes, amplias como no se estilan en un hotel vacacional. Algunas habitaciones ofrecen camas de dos metros por dos metros y balcones abiertos al azul. Todas, incluso las añejas, conjugan en su decoración el frescor mediterráneo y la serenidad atlántica, los muebles de diseño neutro y la tapicería de peso, en tonos blancos y caldero. Da gusto quedarse horas dentro, cuando el rayo verde despide la tarde. Medio ambiente La factura medioambiental exige mantener apagados los salones en horas de sol, quizá porque la playa retiene a los huéspedes la mayor parte del día. Sin embargo, no parece muy ecológico que la fruta del desayuno lleve horas cortada bajo un plástico pringoso, ni que el comedor sufra a esas horas la desatención de un personal escaso, muy amable luego durante el almuerzo y la cena. Aquí los mimos se los lleva prioritariamente el riego por goteo y la depuradora de aguas. Moraleja: un hotel de playa no tiene por qué ser anodino o agresivo con su entorno.
sioc:created_at
  • 20050618
is opmo:effect of
sioc:has_creator
opmopviajero:language
  • es
geo:location
opmopviajero:longit
  • 573
opmopviajero:longitMeasure
  • word
opmopviajero:page
  • 18
opmo:pname
  • http://elviajero.elpais.com/articulo/20050618elpvialbv_7/Tes (xsd:anyURI)
opmopviajero:refersTo
opmopviajero:subtitle
  • PARADOR DE MAZAGÓN, en Huelva, el jardín trasero del parque nacional de Doñana
sioc:title
  • En primera línea de playa
rdf:type

Metadata

Anon_0  
expand all