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Un familiar moderno con carrocería monovolumen, motores actualizados y el toque de prestigio de Mercedes. El nuevo Clase B es la propuesta de la marca de la estrella para competir con los monovolúmenes compactos. Tiene un tamaño ajustado para la ciudad, un interior amplio y un buen equipo de serie. Y aunque cuesta más caro que sus rivales (desde 22.600 euros), la diferencia no es tan abultada como en otros modelos de la firma alemana.
Línea sólida y voluminosa
El Clase B representa el segundo intento de Mercedes para conquistar un hueco entre los monovolú-menes compactos, la categoría que más ha crecido en Europa en los últimos años. El primero fue el Viano, pero su carrocería alta y cuadrada, casi de furgoneta, y unos precios exagerados han limitado sus ventas a cifras casi testimoniales para lo que es habitual en modelos de este tipo.
El nuevo Clase B busca resolver estas carencias con una imagen más atractiva y tarifas más justificadas. Comparte la base mecánica del pequeño Clase A (chasis, motores, cambios) para reducir costes y mide 4,27 metros de largo (43 centímetros más) para ofrecer un interior más espacioso.
La línea aplica los detalles estéticos de Mercedes, pero en una línea voluminosa que, aunque transmite sensación de robustez, resulta algo pesada. Esta característica se aprecia en las formas abultadas del capó delantero y en la cintura alta de las puertas, con mucha chapa y poco cristal, sobre todo en las ventanillas traseras. La zaga presenta también un diseño muy macizo, y sólo el trazo ascendente del lateral y la línea del techo en su unión con el portón trasero ayudan a estilizar un poco la figura. En cambio la parrilla, los faros y los pilotos traseros se identifican bien con la clase y el estilo de la marca alemana. Y tiene una aerodinámica eficaz (CX:0.31).
Amplio por dentro
El interior es desahogado, sobre todo en longitud. La estructura del chasis permite situar el motor bajo los pies de los pasajeros de delante y ayuda a ofrecer unas plazas delanteras amplias y un espacio generoso para las piernas atrás. Los respaldos son algo duros, pero se va sentado en una posición más elevada de lo habitual, que mejora el confort. En cambio, la anchura se queda justa y penaliza el confort cuando viajan tres adultos atrás. Y la flexibilidad interior tampoco es de las mejores: las plazas traseras se pliegan, pero no se regulan en longitud para ampliar el maletero, que es bastante amplio (445 litros). Pero incluye una buena dotación de huecos para objetos.
El diseño interior y los acabados son austeros para un Mercedes. Aplica materiales de calidad y buenos ajustes, pero el salpicadero presenta un diseño muy simple y la insonorización deja pasar el sonido del motor, al menos en la versión 180 CDi de la prueba.
Seis motores y acabado único
La gama del Clase B incluye seis motores: 150, 170, 200 y 200 turbo en gasolina, y 180 y 200 CDi en turbodiésel. Todos se venden en acabado único e incluyen un buen equipo de serie en seguridad: cuatro airbags, ABS, ESP, reposacabezas activos y control de presión de ruedas. Llevan también aire acondicionado, radioCD, ordenador de viaje y todo lo habitual, pero detalles como el volante regulable en profundidad y los elevalunas traseros eléctricos son opcionales y caros (190 y 433 euros), igual que los precios.
Conclusión
El Clase B es un familiar práctico que puede cumplir bien como coche único. No ofrece las soluciones más avanzadas para repartir el espacio interior ni aporta nada especial que justifique unos precios superiores a los de sus rivales, salvo la imagen de Mercedes. Pero tiene un interior amplio, un buen equipo de serie, motores eficientes y la calidad de la marca.
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