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  • Llega el viaje más largo y complicado del año para la mayoría de los conductores, y con él, los atascos masivos en las carreteras españolas. El desplazamiento más deseado para disfrutar las vacaciones debería ser un motivo de alegría, pero se convierte a menudo en un auténtico suplicio. Y perder los nervios en las retenciones no suele ser de gran ayuda para llegar y volver sin contratiempos. Aunque las nuevas normativas de tráfico ayuden, las abultadas listas de víctimas nos atormentarán un año más. Ninguna legislación ni la mejora de las carreteras pueden reemplazar la responsabilidad del conductor: la seguridad depende, sobre todo, de nosotros mismos, de nuestra preparación y actitud al volante. No somos tan buenos conductores La mayoría de los españoles nos consideramos muy buenos conductores, pero la realidad es mucho menos optimista. A pesar de las campañas masivas de información, muchos siguen sin cumplir las normas básicas, como utilizar el cinturón de seguridad, llevar a los niños en sillas apropiadas y no hablar por el móvil mientras se conduce. Los triunfos de Fernando Alonso en la fórmula 1 han provocado una avalancha de expertos en automovilismo, pero la técnica de conducción de los españoles sigue sin ser uno de los puntos fuertes. El problema se agrava en estas fechas, cuando salen a la carretera un gran número de conductores que apenas utilizan el coche el resto del año y carecen de la soltura necesaria para hacerlo con seguridad. Además, en muchos casos conducen vehículos interesantes para comprobar la evolución histórica del automóvil en España, pero que deberían llevar tiempo en el desguace. Sistemas de seguridad El funcionamiento de los sistemas de seguridad de los coches modernos es otra de las grandes asignaturas pendientes para la mayoría. Sólo unos pocos han ensayado alguna vez una frenada de emergencia con ABS, o una acción de esquiva para evitar un obstáculo o un coche que viene de frente. Y lo del control de estabilidad ESP es ya para nota, aunque al menos este dispositivo funciona por sí solo: coloca el coche recto al detectar que empieza a derrapar y ayuda al conductor a resolver el error. La responsabilidad de estas carencias no es sólo de los conductores, porque nadie se lo ha enseñado. Los legisladores siguen sin considerar vital que se enseñen en las autoescuelas y formen parte de los exámenes para sacar el carné, como piden numerosos expertos. Lo políticamente correcto, y sobre todo más rentable, sigue siendo aumentar las sanciones para que se circule más despacio: así, aunque no se conduzca bien, se alarguen los viajes y aumente la somnolencia en las autopistas, los accidentes serán menos violentos y no provocarán lesiones tan graves. Prevención y prudencia Aprender a conducir bien no se resuelve en dos días, aunque participar en alguno de los cursos que realizan las escuelas de perfeccionamiento puede ser de gran ayuda. Pero hay otros factores que sí están en nuestra mano y ayudan a mejorar nuestra seguridad y la de los que nos rodean. Todo empieza con la preparación del viaje, la información sobre los itinerarios y sus alternativas, la puesta a punto del coche, la revisión de los neumáticos y las presiones, y todas las normas elementales de prevención. Pero el aspecto clave para viajar con seguridad es sobre todo nuestra actitud personal cuando conducimos. De todo ello se informa en este reportaje realizado por la sección de Motor de El Viajero.
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  • Vacaciones seguras y sin sorpresas
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