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  • El Range Sport comparte el chasis del Discovery 3, pero la línea y el interior se inspiran en el Range Rover y cuando se conduce transmite las mismas sensaciones que distinguen a su hermano mayor del resto: posición de conducción alta, gran visibilidad frontal y lateral, tacto del volante y los mandos... Su conducción placentera y peculiar entusiasma siempre porque ofrece un confort sobresaliente y una gran sensación de control y seguridad, como si no hubiera obstáculo capaz de impedir llegar al destino. Y permite circular muchas horas en asfalto o campo disfrutando su calidad sin cansarse. Un turbodiésel que se queda justo El Range Sport monta el motor 2.7 V6 biturbo de Jaguar que utilizan otros coches de los grupos Ford y Peugeot. La potencia se ha rebajado a 190 CV para aumentar el par o fuerza de empuje y mover mejor las 2,5 toneladas de peso. Y monta un cambio automático secuencial de seis marchas muy suave y fácil de accionar que incluye dos programas, normal y sport. Las prestaciones son correctas para una versión básica, pero algo justas para el potencial del coche. Acelera con cierta pereza en las marchas cortas porque tarda en responder al acelerador y le falta brío por debajo de 2.000 revoluciones. También se echa de menos más nervio en ciudad y al adelantar, pero una vez lanzado mantiene con holgura buenos ritmos de crucero y viaja con soltura. Los consumos son altos, pero inferiores a los de otros 4×4 grandes: gasta 10 litros en conducción suave y alrededor de 13 en ciudad, campo y estirando las marchas. Muy cómodo siempre La suspensión neumática regulable en altura es otro de los puntos fuertes y, junto a sus numerosos dispositivos electrónicos, lo distingue de otros 4×4 aportando un confort sobresaliente. Tiene tres alturas -acceso al coche, asfalto y campo- e incluye el sistema Terrain Response de ayuda al conductor, que incluye cinco programas electrónicos para regular la suspensión, la tracción y la respuesta del motor según el piso: asfalto, gravilla y nieve, barro y surcos, arena y avance lento. Todo esto, junto al control de descenso de pendientes, la reductora y dispositivos de seguridad como el control de estabilidad, aporta unos recursos casi imbatibles en conducción 4×4: sube y baja por cualquier sitio y supera los obstáculos con facilidad y comodidad sorprendentes por roto que esté el terreno. Y hasta un conductor poco experto puede circular en el campo casi como un profesional. Las virtudes se completan con una buena estabilidad en asfalto. Acusa los balanceos en las curvas y no es el 4×4 más ágil en carretera, pero obedece al volante sin apartarse del trazado, absorbe los baches con la máxima delicadeza y es muy silencioso. Los frenos paran bien el peso sin fatigarse y dan seguridad. Y viaja con un aplomo y confort excelentes devorando los kilómetros sin que se noten.
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