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Con el Fiat Croma la marca italiana vuelve a la categoría de las berlinas medias y lo hace con un modelo de fusión que aplica soluciones de varios tipos de automóviles en uno solo. El resultado es una carrocería mestiza y original, a medio camino entre monovolumen y break, que aporta el espacio interior de los primeros con una línea más estilizada y un comportamiento dinámico más ágil y similar a los turismos. Esta arquitectura diferenciadora, un equipamiento muy completo, con siete airbags (uno para las rodillas del conductor), control de estabilidad de serie y unos precios ajustados conforman la propuesta de Fiat para competir con los Peugeot 407, Ford Mondeo y otras berlinas de las marcas populares que triunfan en Europa.
Carrocería mestiza de Giugiaro
El nuevo Croma es el heredero del modelo que salió en 1985 y dejó de fabricarse sin sustituto. Frente a la línea clásica de su antecesor sigue las últimas tendencias y ofrece soluciones más originales.
La carrocería, obra de Giugiaro, busca la elegancia en la sencillez, con unos trazos limpios y fluidos que crean una línea estilizada de aerodinámica impecable (CX: 0.28). El frontal en cuña con la base del parabrisas muy adelantada afila la imagen e integra una parrilla elegante y un parachoques con las esquinas redondeadas y bien disimulado. En el lateral destaca el trazo en arco que parte del frontal y recorre el techo para recoger por detrás el portón. Y las aletas marcadas y la inclinación del portón hacia delante acentúan su dinamismo. Pero a pesar de medir 1,6 metros de alto, 10 centímetros más que un break normal, no parece un monovolumen y dentro de su discreción tiene personalidad.
Altura interior y acceso fácil
Con este diseño exterior, el Croma ofrece un interior muy amplio que transmite sensación de desahogo y recoge algunas soluciones de los monovolúmenes. La posición elevada de las plazas delanteras hace que se vaya sentado más alto y cómodo, como en estos coches, y la anchura de los asientos no impide integrar en medio un apoyabrazos grande muy práctico. La longitud disponible también hace posible alojar a dos adultos de gran estatura, uno detrás de otro, con espacio suficiente para las piernas. La altura de la banqueta de atrás y el piso plano de las plazas traseras, sin el habitual puente central, permiten aprovechar la plaza del centro para un tercer pasajero. Las virtudes prácticas se completan con uno de los mayores maleteros en coches de su tamaño (500 litros) y buenos huecos: repisa a la izquierda del volante, portagafas en el techo, apoyabrazos central refrigerado, las bolsas de las puertas y los posavasos habituales...
El diseño es discreto, con una consola central muy simple y nada que sorprenda. Y aunque la calidad de acabado y los ajustes no desentonan, tampoco son de los mejores. En cambio, la funcionalidad interior unida a una insonorización correcta y unas suspensiones que filtran bien los baches aportan todo lo necesario para afrontar los viajes largos con un confort notable y sin acusar el cansancio.
Cuatro motores y tres acabados
La gama del Croma cuenta con cuatro motores, un 2.2 16v. (147 CV) en gasolina y tres turbodiésel: 1.9 Multijet (120 y 150 CV) y un potente 2.4 20v. cinco cilindros (200 CV). El primero lleva un cambio manual de cinco marchas y los de gasóleo de seis, pero el de 150 CV se ofrece con un automático secuencial opcional. Hay tres acabados, Active, Dynamic y Emotion, pero todos incluyen un equipo de serie superior a lo habitual, con siete airbags, ABS, reposacabezas activos, ESP (salvo en el 120 CV), aire acondicionado, radio-CD y cuatro elevalunas eléctricos.
Conclusión
El Fiat Croma es un familiar moderno de línea discreta y con un interior muy amplio y práctico. Tiene un comportamiento correcto y seguro, buenos motores turbodiésel y un completo equipo de serie. Y es más asequible que otros modelos similares.
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