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En 1998, la Unesco incluía en su lista del patrimonio mundial el Arte Rupestre del Arco Mediterráneo de la Península Ibérica. Pinturas semiocultas en las paredes de abrigos u oquedades naturales en la roca, y dispersas en un amplio territorio que abarca diversas provincias y autonomías. Muchos de esos vestigios resultan prácticamente inaccesibles al público. Una excepción honrosa es la del Museo de la Valltorta, a las afueras de Tírig (Castellón), que aglutina el parque cultural de Valltorta-Gasulla. Creado en 1994, los arquitectos Miguel del Rey e Íñigo Magro diseñaron un edificio de líneas etéreas, bien acomodado a un entorno singularmente virgen. Es un centro vivo, los arqueólogos siguen trabajando en la zona y disponen en él de laboratorio, biblioteca y archivos.
Los visitantes pueden abarcar en sus salas una visión de conjunto de unas pinturas y grabados en piedra que van desde el final del paleolítico (hace 26.000 años) hasta la edad de bronce (hace 3.500 años), y que sólo en la Comunidad Valenciana ocupan unos 400 yacimientos; de ellos, 65 se encuentran en los barrancos vecinos de la Valltorta y de Gasulla. Lo más apasionante, sin embargo, no es la exposición en sí, sino las visitas guiadas (gratuitas) por los arqueólogos a algunos abrigos próximos al museo.
Los guías apuntan con el dedo manchas de color mineralizado, casi imperceptibles, y trazan un fresco sugestivo de aquella sociedad que abandonaba la era del frío y la caza para ir progresivamente mutándose en una sociedad de agricultores y pastores. Todo está allí, si uno sabe mirar. Esas pinturas pertenecen a los últimos cazadores, grupos nómadas que hace unos 6.000 años desplazaban sus poblados. Como un brujo que supiera leer los arcanos de unos posos, el guía reconstruye los movimientos y gestos, el atuendo, las armas y adornos personales, casi hasta las intenciones.
Los abrigos que se visitan de manera regular son el Mas d'en Josep, la Cova dels Cavalls y las Coves dels Ribassals o del Civil; en el museo se puede concertar la visita al abrigo de Centelles (en Albocásser) o a La Saltadora (Coves de Vinromá). Desde la cercana masía La Montalbana (antes de llegar a Ares del Maestre) parten excursiones guiadas a la Cova Remigia, la más importante del barranco de Gasulla. Y este pasado verano se abrió al público el conjunto de Morella la Vella, a una legua escasa de la cercana Morella.
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