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La versión tres puertas del Astra tiene un diseño afilado y deportivo, con una carrocería muy estilizada y un lateral con mucha chapa y poco cristal. Un GTi llamativo y moderno.
Conducción: 49 puntos (3º)
No es tan deportivo como el León ni tan equilibrado como el Golf, pero muestra unas reacciones nobles y frena mejor, con un pedal que da seguridad. Incluye de serie el chasis deportivo, con amortiguadores más enérgicos y la altura de la carrocería rebajada, pero balancea más que sus rivales, y los mandos y la dirección son menos suaves y precisos. La unidad de pruebas montaba la suspensión electrónica opcional IDS Plus (680 euros), pensada para conductores deportivos, que permite elegir dos programas con un botón: normal, más blando y cómodo, y sport, más duro y con una respuesta más rápida en el acelerador y la dirección mejorando la estabilidad, pero reduciendo un poco el confort.
El motor 1.9 CDTi (150 CV) anuncia unas prestaciones oficiales superiores, pero en la práctica corre igual que sus rivales. Sin embargo, ofrece un margen de uso más amplio: responde con menos fuerza por debajo de 1.700 vueltas, pero se estira hasta las 5.000.
Vida a bordo: 41 puntos (2º)
La carrocería, muy baja, penaliza el acceso y la habitabilidad, y tanto las plazas delanteras como las traseras dan menos sensación de desahogo, en parte porque tiene menos cristal. En cambio ofrece el maletero más grande, aunque con la boca de carga más estrecha.
El diseño interior es moderno, con buenos plásticos, una consola con trazos rectos muy limpios y una calidad de acabado correcta. Los asientos son más duros y recogen bien el cuerpo. Tiene más huecos que el León: portagafas, bolsas en las puertas, posavasos delante y atrás... Y permite viajar con comodidad: filtra bien los baches y está bien insonorizado.
Seguridad: 16 puntos (1º)
Viene de serie con seis airbags, ABS y ESP, es fácil de conducir y tiene un comportamiento dinámico tan seguro como sus rivales.
Economía: 24 puntos (3º)
El Astra 1.9 CDTi Cosmo cuesta lo mismo que el Golf, 23.735 euros, y 1.500 euros más que el León. Incluye climatizador, ordenador de viaje, radio-CD, elevalunas delanteros eléctricos y cierre con mando, pero detalles de serie en el Seat, como el cargador de CD (550 euros) o el sensor de presión de ruedas (200), son opcionales.
El consumo en la prueba ha sido ligeramente más alto: gasta siete litros en conducción suave y sube a nueve estirando las marchas y en tráfico urbano.
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