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Una berlina de tamaño medio y estilo deportivo con una capacidad de carga sobresaliente que realza sus virtudes familiares para poder cumplir como coche único. El VW Jetta comparte la mecánica del Golf, pero estrena una carrocería clásica, con cuatro puertas y maletero separado, que le distingue. Ofrece una línea moderna, un interior atractivo y un buen equipo de serie. Y se parece tanto al Passat que parece el mismo modelo a escala reducida.
Estilo deportivo
El Jetta es en realidad la versión cuatro puertas del Golf y sustituye al Bora actual, aunque recupera el nombre que tenía cuando salió en 1990. Desde entonces se han vendido 6,5 millones de unidades y ha sido uno de los modelos claves de VW en Estados Unidos.
El nuevo VW mide 4,55 metros de longitud, 18 centímetros más que el Bora, y se sitúa a medio camino entre el Golf y el Passat, que es 22 centímetros más largo. Su planteamiento es similar al de este último, pero en un tamaño más compacto (que permite aparcar mejor en ciudad) y con precios más asequibles.
Las berlinas clásicas como el Jetta llevan años perdiendo ventas en Europa ante el empuje de los monovolúmenes, más prácticos en el uso familiar. Para afrontar el problema, VW ha optado por reforzar la deportividad de su modelo, una solución que busca conectar con los gustos de las familias jóvenes europeas. Así, el frontal del Jetta es bastante parecido al del Passat, con unos faros multifocales atractivos y una parrilla cromada muy vistosa en forma de V que se prolonga por debajo de la matrícula. Este detalle, combinado con la cintura ascendente de las puertas, que integra con suavidad el maletero, y las grandes llantas de aleación, potencian su carácter deportivo.
El resultado final es un coche equilibrado y elegante con un toque de clase que le distingue de las berlinas de su tamaño que ofrecen las marcas populares.
Interior atractivo y bien acabado
El interior del Jetta transmite sensación de calidad y solidez. Las plazas delanteras incluyen unos asientos amplios y cómodos, y atrás ofrece ahora 6,5 centímetros más de espacio para las rodillas. Pero el argumento diferenciador es sin duda el maletero, que tiene 527 litros, 72 más que el anterior Bora y 22 más que el Passat, un volumen casi récord en el mercado. Además ofrece unos huecos para objetos bien diseñados, con bolsas grandes para botellas en las puertas, cuatro posavasos y un apoyabrazos central con un cofre debajo, portagafas en el techo y cajones debajo de los asientos delanteros (en el acabado Advance).
La presentación está cuidada, con un salpicadero elaborado con plásticos mullidos -que reducen las lesiones en caso de accidente-, buenos ajustes en las piezas y una calidad de acabado notable que crea un ambiente elegante y acogedor, aunque algo sobrio en algunos elementos, como la consola central. Pero las suspensiones filtran muy bien los baches y permiten viajar con confort y seguridad.
Cuatro motores y dos acabados
El Jetta se vende con cuatro motores, 1.6 y 1.6 FSi (102 y 115 CV) en gasolina y 1.9 y 2.0 TDi (105 y 140 CV) en diésel. Hay dos acabados, Trendline y Advance, y aunque los precios son un poco altos, incluyen un completo equipo de serie, con seis airbags, ABS, ESP y detalles como climatizador, radio-CD con 10 altavoces, cuatro elevalunas eléctricos y cierre con mando. El Advance añade suspensión deportiva, llantas de aleación y ordenador de viaje, entre otras cosas.
Conclusión
El VW Jetta es un familiar moderno y completo con un toque deportivo. Cuesta más caro que otros coches de su tamaño, pero ofrece la imagen de marca de VW, un interior bien acabado y un maletero muy práctico. Además tiene un comportamiento seguro y un equipo de serie que evita desembolsos suplementarios.
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