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  • Grandvalira, la estación invernal más grande y una de las mejor dotadas de los Pirineos, cuenta entre su amplia oferta hotelera con un exponente inusual en Andorra del encanto y el lujo. Bajo su apariencia remedada de un chalé tirolés (frescos alegóricos en la fachada, revestimientos interiores de madera tintada o labrada, chimenea siempre viva en el salón), el hotel Ski Plaza reclama la atención de los bons vivants que tras una jornada de oxígeno en pistas no renuncian al placer de la lectura en el dormitorio, a la charla frente a la barra del lobby o a una cena temática junto a los murales bucólicos del comedor. Su relativa proximidad a la base del telecabina constituye una ventaja y, al mismo tiempo, un incordio: hay que recorrer el trecho a pie vestido de romano... Tampoco mata su emplazamiento, al borde de la carretera general, desbordada de tráfico a cualquier hora. Aquí los alicientes son otros. Para qué ocuparse de las maletas si el encargado se apresura con el carro desde que el huésped hace su entrada por la puerta. Ni un minuto de espera en recepción. En la planta sótano aguarda un amplio y confortable guardaesquís con bancos donde sentarse, taquillas personalizadas y estanterías con aire insuflado para las botas de esquí. Junto a esta pieza existe un Kid Club con videojuegos y un pequeño spa con piscina climatizada, complemento de las formidables instalaciones que ofrece el Palau de Gel, enfrente del hotel, y el centro termal Caldea, en Escaldes. La calidez del pino abraza también el territorio privado de las habitaciones, decoradas en estilo alpino -nada original, pero eficaz a la hora de asegurar el confort de sus inquilinos- con el suelo de terrazo y las paredes enjaezadas de cenefas florales y fotografías de la belle époque del esquí en Andorra. O sea, ayer... Más actuales, los cuartos de baño refuerzan la sensación de limpieza gracias a su estudiada iluminación, aunque luego la ducha caliente sólo a rachas y se ofrezca como lujo un dispensador de gel de marca barata. Para grandes y pequeños Para la clientela menuda, el hotel recomienda las denominadas family suites, estructuradas en dos alcobas comunicadas con sendos cuartos de baño y capacidad para alojar a un matrimonio y tres niños. Además de una consola de videojuegos, estas suites evocan en sus paredes y techos algunas referencias infantiles tan imborrables como el mundo animado de Heidi, Alicia en el país de las maravillas, la cabaña de Davy Crockett, el país de los gnomos o un poblado de indios. Para los mayores, la abuhardillada 601 invita a mirar de cerca las montañas e iniciar un romance a la luz de las velas. Por la mañana, el café de máquina expendedora y el bufé frío apagarán esa llama nocturna sobre la mesa del desayuno. No importa, la nieve augura una feliz esquiada en Grandvalira.
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  • SKI PLAZA, un hotel de estilo tirolés al pie de las montañas de Andorra
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  • Escapada familiar a las montañas
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