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  • Flotar sobre el suelo esquivando farolas, papeleras y bolardos mientras se escuchan los comentarios. "Con eso ando yo también", dice un abuelo. "¿Qué anunciáis?", pregunta una mujer. La ciudad, desde un Segway: la Plaza Mayor, el templo de Debod... Hasta siete en fila india. "Parecéis pingüinos", grita un señor. De Alaska a Bangkok, varias empresas organizan rutas y alquilan este medio de transporte en más de 120 lugares y una veintena de países (www.segwayguidedtours.com). Desde el año pasado, España es uno de ellos. Se ofrecen paseos turísticos y de recreo en Madrid (www.madsegs.com; 915 42 27 15), Barcelona (www.barcelonaglides.com; 932 68 95 36), Córdoba y Sevilla (957 76 00 33), Mérida (www.cuadrigas.com), Mallorca (www.segwaymallorca.com) y Marbella (697 24 19 00). Pronto también en Toledo y Cuenca (www.e-tur.es) y Aranjuez (www.segwayaranjuez.com). Manejar el invento de Dean Kamen parece simple, y de hecho lo es. Sólo hay que balancear el cuerpo hacia adelante para avanzar y hacia atrás para retroceder. Los giros se efectúan utilizando un mando que se mueve con la mano izquierda, igual que un acelerador. De fácil manejo, funciona con cinco giroscopios y dos sensores que miden la inclinación, permiten mantener el equilibrio, subir pequeños escalones y, lo más importante, evitar las colisiones: un peatón puede parar un Segway en seco con la palma de la mano. Velocidad límite, 11 kilómetros Los viandantes se arremolinan en torno al invento en cuanto se detiene. "Con el tiempo la gente se acostumbrará a verlos", dice Antony Bruce, responsable de la empresa que organiza paseos en Madrid. Durante las rutas urbanas se limita la velocidad a un máximo de 11 kilómetros por hora (pueden alcanzar hasta 20) y funcionan incluso con lluvia. Su precio de venta ronda los 6.000 euros y la tarifa para las excursiones suele ser de unos 20 euros por hora y persona. En Madrid, el paseo cuesta 60 euros y dura un mínimo de tres horas (en Sevilla cuesta 30 euros por una hora y tres cuartos). "Puede parecer un poco caro, pero la experiencia merece la pena", asegura Bruce. No le falta razón: en las tres horas del periplo madrileño se va desde la plaza de España hasta el paseo del Prado. El itinerario incluye lugares como los jardines de Sabatini, el palacio de Oriente o el barrio de las Letras. Se efectúan un par de paradas, frente a la Almudena y en la Plaza Mayor. Aunque parece un vehículo que le exime a uno de andar, las piernas también se resienten tras el largo paseo. "¡Por la calzada!", grita un peatón. Pero la ley sólo autoriza al Segway a circular por la acera. Aun así, la Gran Vía se ha eliminado del recorrido ahora que está más concurrida. En otros tramos rueda sin problemas. Y no contamina, funciona con baterías de litio.
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  • Madrid y otras ciudades desde un Segway
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  • Flotando sobre la acera
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